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viernes, 26 de abril de 2024 00:00h.

Los cinco falsos mitos sobre el invierno que no debes creer

La llegada del mes de diciembre nos trae cada año los días con menos horas de luz, unas temperaturas bastante frías y, también, una serie de consejos que se van repitiendo de unas personas a otras y que damos por ciertos aunque en realidad no tienen la veracidad que se les atribuye. En las siguientes líneas vamos a repasar cinco de estos falsos mitos relacionados con el invierno.

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Foto: maratondesantiago.com

1. ¡Tápate o cogerás una gripe!

La gripe es una enfermedad infecto-contagiosa causada por un virus y se propaga a causa del contacto estrecho con personas afectadas. Aunque los brotes de gripe ocurren con mayor frecuencia en el invierno, nada tienen que ver con abrigarse o pasar tiempo a la intemperie; de hecho, pasar tiempo al aire libre puede hacer que seas menos susceptible a este virus ya que los sitios cerrados suelen estar muy concurridos y se ventilan menos que en época estival. Sólo a los niños se les recomienda cubrir boca y nariz al salir a la calle, ya que son especialmente vulnerables a las bajas temperaturas.

 

2. La protección solar es para el verano.

La radiación solar es menor durante los meses de invierno, pero no hay que olvidar el efecto acumulativo del daño solar en este periodo. El filtro solar debe usarse los 365 días del año, puesto que la radiación UVA se mantiene bastante constante a lo largo de las cuatro estaciones. Si además practicamos deportes invernales al aire libre, la fotoprotección es especialmente importante.

 

3. El invierno nos ofrece más excusas para no hacer deporte.

La llegada del invierno, con la disminución de las temperaturas y el acortamiento de la luz solar, parece no invitar a realizar actividad física como en otras estaciones. Además, para combatir el frío la ingesta alimenticia suele ser mayor, con lo que nuestra situación funcional empeora.

Sin embargo, está bien hacer ejercicio con frío, sólo debemos asegurarnos de calentar un poco más de lo habitual. Si salimos a correr al exterior, deberemos caminar un poco más hasta aclimatarnos a la temperatura. Si el frío nos vuelve perezosos, recordemos la abundante oferta indoor existente (piscinas climatizadas, gimnasios, patinaje sobre hielo), que nos facilita poder realizar ejercicio diario, de gran importancia para controlar y prevenir patologías cardiovasculares, cuya prevalencia aumenta en un 20% en invierno debido a las bajas temperaturas.

 

4. Los alimentos invernales son más calóricos.

El invierno tradicionalmente no se ha considerado una buena época para bajar de peso: el frío y los extras de Navidad vienen cargados de calorías, con su consecuente riesgo cardiovascular. Sin embargo, muchos de los alimentos estacionales propios del invierno son saludables sin aumentar el aporte calórico:

- Cítricos, como las naranjas, llenos de vitamina C –que activa nuestras defensas–, ácido fólico y potasio.

- Granadas, tanto en ensalada como en zumo, ricas en polifenoles y con gran actividad antioxidante.

- Legumbres, que combinadas con arroz aportan proteínas de alto valor biológico, sin olvidar que, al ser alimentos que se llenan de agua al cocinarlos, nos dan saciedad.

- Setas, cuya incorporación en nuestra dieta nos permite consumir más vitamina D sin aumentar el aporte calórico o de peso.

 

5. Para el resfriado, nada mejor que un caldo casero.

Los líquidos calientes, como el caldo o el té, nos pueden ayudar a reducir los síntomas de un virus del resfriado o la gripe, aunque sólo aliviando temporalmente la congestión nasal y el dolor de garganta.