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viernes, 26 de abril de 2024 00:00h.

Kilian Jornet: “Que un deportista gane más que un médico o profesor significa que algo no va bien en la sociedad”

El corredor de ultrafondo Kilian Jornet (Sabadell, 1987), campeón del mundo de Skyrunning y Kilómetro Vertical este fin de semana pasado en Chamonix (Francia), afirma que vive ajeno al fenómeno mediático en el que se ha convertido con sus triunfos y que su vida es "70 por ciento silencio y un 30 de ruido" por su compromiso con patrocinadores y los medios.

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Foto: Jordi Saragossa - Europa Press

"¿Fenómeno mediático? Para mí lo importante es encontrar el equilibrio para estar bien. Y en mi caso soy un 70 por ciento de silencio y un 30 de ruido", dijo en una entrevista con la prensa española en Chamonix, el idílico pueblo en el que vivió 3 años a las faldas del mayor coloso de Europa, el Montblanc.

El destino de Kilian Jornet estaba escrito en sus genes, pues su padre es guía de montaña y su madre profesora de deportes de montaña. Con apenas tres años ya ascendió a un tresmil, el Tuc de Molieres, en el Vall d'Aran, y dos más tarde hizo cumbre en el Aneto.

Ahora se ha alejado de ese 'ruido' en Noruega, donde se levanta a las 6.30 a entrenar sobre montañas nevadas a nivel del mar y nadie le reconoce. "Sales de casa y no hay nadie. Estás tú solo y la montaña. ¿Qué es casa? Aún no lo sé, es donde te encuentras bien. No tengo ninguna. He vivido en Chamonix, en Noruega, en la Cerdanya... en 24 sitios distintos. La noción de casa es un poco relativa", manifestó.

"La República no estaría mal porque hay mucha 'pasta' destinada a la Monarquía y podría ir a mejores cosas"

Tan ajeno está a esa aldea global en la que las redes sociales e internet todo lo conectan que el ultrarunner confesó que cuando batió el récord de ascensión y descenso del McKinley, en Alaska, el sexto de los nueve retos de su proyecto 'Summits of My Life', no tuvo contacto alguno con la realidad.

"No teníamos más que un teléfono satélite. Nuestro mundo eran las cinco tiendas que estaban a nuestro alrededor. Vivía sin saber nada. La única noticia que tuve desde el 25 de mayo hasta el sábado pasado (21 de junio) fue que, cuando bajamos al pueblo, nos enteramos que España había sido eliminada del Mundial y que el Rey había abdicado", confesó.

Entonces, le comentaron con sorna que cuando volviera a España podía haber un cambio de régimen. "Me dijeron: 'a ver si vuelves y va a haber una República'. La República no estaría mal porque hay mucha 'pasta' destinada a la Monarquía y podría ir a mejores cosas", señaló entre risas.

 

"La cabeza me pide correr"

Kilian, embajador de 'Compex' y que ha presentado en Chamonix la nueva gama de electroestimuladores para fitness y deporte disponibles a partir de septiembre, no concibe la vida sin el entrenamiento. El año pasado se marchó de vacaciones a las islas Mauricio pensando en estar dos semanas y tan sólo aguantó dos días.

"Llegas a la playa, te mojas los pies y lees uno, dos, tres libros y ya está. Me aburría y mi compañera me dijo: '¿Crees que podríamos cambiar los billetes?' Y nos marchamos a esquiar a Tignes", recordó.

En este sentido, indicó que es la mente la que vence la pugna contra el cuerpo. "Correr te lo pide la cabeza. El cuerpo te pide descanso. ¿Días malos? Claro que los tengo. Sobre todo si hace mal tiempo, pero te pones 'el traje de faena' y un poco de música. Hay otros en los que hace bueno y es un día de carrera y sólo haces dos horas. Piensas '¡qué putada!', porque podría estar 10 ó 15 horas en el monte'", subrayó.

"El secreto está en ponerse pequeños objetivos: ahora llego hasta este monte y después hasta esa roca..."

En competición, en las carreras cortas adapta su estrategia al recorrido y los rivales, aunque también a los imprevistos. En las largas, lo básico, según él, es "no aburrirse". "Porque en las primeras cinco horas el paisaje está muy bien, pero después te duelen las piernas y sólo piensas en comer y descansar. Pero el secreto está en ponerse pequeños objetivos: ahora llego hasta este monte y después hasta esa roca...", explicó.

Lo que no se plantea es correr en el desierto, un medio natural en el que considera que "no hay huella del ser humano" y cuya aclimatación le resulta muy complicada. "A mí el calor me cuesta mucho en general", apuntó el reciente bicampeón del mundo.

 

"Si sigues un modelo te destruyes a ti mismo"

Tampoco se considera un ejemplo a imitar. "No hay buenos y malos ejemplos. Hay que coger cosas de todo el mundo. Todos somos ejemplo, pero nadie es modelo. Hay cosas que hago bien y otras mal. Pero yo he decidido que mi vida es ésta y que quiero tomar estos riesgos, sobre todo en la montaña. Es una decisión pensada. Pero cuando sigues un modelo te destruyes a ti mismo", aseguró.

"Todos somos ejemplo, pero nadie es modelo"

Sobre la moda popular de afrontar retos imposibles, considera que cada uno debe conocer su límite. "A todos nos gusta 'fliparnos', pero hay que ser consciente de dónde está tu límite. Parece que, como mínimo, tengas que hacer 100 kilómetros porque si haces 40 no es nada. Si quieres hacer una carrera de 100 kilómetros, destrozarte las articulaciones y no correr en 3 años y lo aceptas, OK", dijo.

Pero él cree que el corredor popular lo hace por añadir una gesta a su currículum. "La gente no hace la actividad por ella misma sino para decir que yo he hecho esto. Se ha vendido durante mucho tiempo que se puede hacer todo, pero en la vida tienes que tomar decisiones y saber lo que quieres hacer", añadió.

También señaló que el proyecto 'Summits of My Life', del que le quedan por completar las ascensiones al Elbrús y Aconcagua, en 2014, y el Everest, en 2015, tiene como objetivo "ir a esos sitios". "En la vida hay que tener grandes motivaciones como este proyecto. Es lo que te hace vivir y entrenar para poder conseguirlo", aclaró.

"Lo más llano que se me ocurriría hacer es 1 hora y media y 500 metros de desnivel"

Estudiante de INEF, prepara su propio plan de entrenamiento "por sensaciones" y de recuperación con su 'Compex', que le ayuda en la transición de la temporada de esquí a la de running a ganar en fuerza y resistencia, a muscular su espalda y a equilibrar ambas piernas, una de ellas lastimada en la rótula.

"Nunca entreno en llano. Lo más llano que se me ocurriría hacer es 1 hora y media y 500 metros de desnivel. En carreras voy más rápido", comenta mientras duda sobre si tiene "26 ó 27 años". "Soy del 87", dice mientras calcula su edad entre carcajadas.

 

"El deporte está sobrevalorado"

Se considera un privilegiado porque tiene la "suerte" de poder vivir de lo que le pagan sus patrocinadores y considera que el deporte "es un espectáculo que está muy sobrevalorado". "Que un deportista pueda ganar más que un buen médico o profesor es una barbaridad. Eso significa que algo no va bien en la sociedad. Si hay becas, que sean para la formación y los Centros de Tecnificación", aconsejó.

"Que el ratio haya pasado de 20 a 30 alumnos por profesor es grave. Estamos sacrificando el futuro de las nuevas generaciones"

Así, no concibe que haya recortes en Sanidad o Educación y que los internacionales de 'la Roja' hubieran percibido una prima de 720.000 euros cada uno en el caso de ganar el Mundial de fútbol. "Comer, beber y dormir, que es lo que necesitamos para vivir, lo iban a seguir haciendo. Que el ratio haya pasado de 20 a 30 alumnos por profesor es grave. Estamos sacrificando el futuro de las nuevas generaciones", lamentó.

A Jornet le gustaría seguir vinculado toda su vida a la montaña porque es el deporte que ama. Y entre carrera y carrera, disfruta en el desarrollo de los prototipos de algunas marcas que le apoyan, caso de Salomon.

"Las cosas que ahora estamos desarrollando van a salir en 2017. Te gustaría probarlas enseguida, pero todo tiene su tiempo. ¿Mi espalda? Está bien. De cadera tengo un buen equilibrio", concluye sin rastro alguno de cansancio, apenas unas horas después de correr un kilómetro vertical, por el que escala el teleférico hacia el cielo de Chamonix, en poco más de 35 minutos.