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jueves, 28 de marzo de 2024 00:09h.

Josep Mª Mallarach, consultor ambiental: “Conservar nuestro entorno es conservar nuestra calidad de vida”

El consultor ambiental Josep Maria Mallarach propone realizar un estudio completo de los miles de kilómetros que conforman los caminos que llevan a Santiago desde otras partes de España y de Europa porque "es muy posible que supere en conjunto a cualquier espacio protegido europeo".

Fotos: Efe

Y aquí se puede incluir Montserrat, el espacio natural protegido más visitado de la península ibérica y que recibe unos tres millones de visitantes, de los que más de dos tercios se fijan como meta el monasterio y que cuenta con 350 personas trabajando para atenderlos, lo que revela también la importancia económica de estos destinos.

Mallarach, especialista en valores culturales y espirituales de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), cree que apoyar las áreas protegidas no es suficiente, dado que “los gobiernos reconocen que no tienen medios ni capacidad”, y por ello aboga por implicar a la sociedad civil, sobre todo de los territorios comunales, que cubren el 25% de la superficie de España, en el cuidado de estos espacios naturales.

"Muchas personas no se sienten conmovidas por el concepto de diversidad o de fragilidad de las especies, sino por una puesta del sol grandiosa, el canto de los pájaros o un bonito arco iris"

La mayoría de las personas que los visitan lo hacen motivadas por su belleza o por sus valores espirituales, como es el caso del Rocío o nuevamente del Camino de Santiago, y es este arraigo al que apela este experto para lograr ese respaldo.

En esta tarea considera “un error” utilizar un lenguaje técnico “o incluso tecnocrático” para convencer a los ciudadanos de que participen en el cuidado del medio ambiente porque “no emociona, no conmueve”. “Si queremos ampliar el apoyo social a la conservación tenemos que apelar a los valores más profundos de las personas, no es suficiente la descripción científica de la naturaleza, que es interesante y útil para la gestión, pero la mayoría de personas en España y en cualquier otro país de Europa no se vinculan con la naturaleza a través de un método analítico” sino emocional, explica.

Así, muchas personas no se sienten conmovidas por el concepto de diversidad o de fragilidad de las especies, sino por una puesta del sol grandiosa, el canto de los pájaros o un bonito arco iris.

 

Valores espirituales

Mallarach, que ha participado en Oleiros en una jornada para divulgar las posibilidades de aplicación en España de los retos fijados en el Congreso Mundial de Parques, celebrado el pasado noviembre en Sidney (Australia), asegura que, a escala global, “la mayoría de espacios protegidos lo están por sus valores espirituales”.

Pero las actuales figuras de protección de parques naturales y nacionales y otras áreas no hacen sino superponerse a los lugares que históricamente ya destacaban por sus valores vinculados a tradiciones precristianas y posteriores, así como “a una dimensión más universal de la espiritualidad de la naturaleza que provoca el sentido de asombro y maravilla ante su grandeza y belleza”, abunda.

 

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Este aspecto, que en España no se ha tenido muy en cuenta, dice, es fundamental a la hora de promover la conservación del medio ambiente porque la mayoría de personas que acuden a los espacios protegidos lo hacen atraídas, por ejemplo, por romerías como el Rocío, que discurren a través del parque de Doñana.

Y aunque casi todas las justificaciones que motivaron la declaración de los primeros parques españoles fueron de índole espiritual, como es el caso de Covadonga, detalla, la importancia de conservar estos valores reside en que ésta permite ampliar un apoyo social, mediante un enfoque del cuidado del medio, hacia el que las personas “pueden sentirse predispuestas”.

“El mensaje debe ser no solo verídico, sino conmovedor y, por lo tanto, memorable para cambiar las actitudes a favor de la conservación, porque conservar nuestro entorno es conservar nuestra calidad de vida. No se puede aspirar a tener una sociedad sana en un entorno degradado o deteriorado”, argumenta Mallarach.

De hecho, la mayor concentración de reservas de la biosfera en España está vinculada al Camino de Santiago (francés) y “esto no es por casualidad”, sino que se debe a la “superposición de valores” que engarzan áreas protegidas de diversa índole configuradas y gestionadas durante siglos por comunidades monásticas.