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lunes, 29 de abril de 2024 00:00h.

Ocho preguntas y respuestas sobre las principales dudas que surgen acerca de la protección solar

Aunque la protección solar es una precaución que deberíamos tomar durante los doce meses del año, es en verano cuando más incidimos en la utilización de este tipo de productos. Manel Vera, presidente del Comité de Cosméticos de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP), resuelve algunas de las principales dudas que nos planteamos sobre este tema.

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Foto: maquilladas.com

1. ¿Se conservan de un verano para el siguiente las cremas solares ya abiertas?

No es recomendable utilizar fotoprotectores abiertos de un año para el otro, ya que durante el verano se exponen a condiciones ambientales extremas (en la playa, coche, etc.), alcanzando temperaturas que no permiten garantizar la capacidad de protección y estabilidad del producto. El resultado es que el factor de protección solar (FPS) real, de un año para el otro, no corresponderá al indicado en el envase del producto. En cualquier caso, se debe consultar el período de utilización recomendado tras su apertura (PAO), que figura en el dibujo en forma de tarro abierto del envase.

 

2. ¿Por qué unas cremas tienen que aplicarse antes de la exposición y otras unos 30 minutos antes?

En general se recomienda aplicar los protectores solares 30 minutos antes de la exposición solar sobre piel seca y reaplicar el fotoprotector cada 2 ó 3 horas, especialmente tras el baño o ejercicio intenso.

Actualmente existen fotoprotectores de última generación que permiten la aplicación tanto en piel seca como mojada manteniendo el mismo nivel de FPS. Aun así, las recomendaciones son las habituales para los productos solares, con la salvedad de poder reaplicar en piel seca o mojada.

 

3. ¿Cuánto tiempo protege una aplicación en su uso en ciudad?

El tiempo de protección que brinda un producto solar viene determinado en primer lugar por el Factor de Protección Solar (FPS). Este índice comunica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente a la quemadura solar (protección frente a UVB) y nos da idea del tiempo que podremos permanecer expuestos al sol sin riesgo de quemarnos. Por lo tanto, cuanto mayor sea el FPS, más alta será la protección frente al sol.

Por ejemplo, si una persona es capaz de permanecer 10 minutos bajo el sol sin quemarse, la elección de un fotoprotector FPS 50 le proporcionaría una protección 50 veces superior (en situaciones ideales), es decir, 500 minutos (más de 8 horas).

Pero sabemos que el tiempo de protección real de un fotoprotector también depende de otros factores importantes, como por ejemplo:

- Fototipo cutáneo de la persona (piel clara, morena, sensibilidad al sol).

- Intensidad de radiación solar recibida (UVI).

- Aplicación correcta del fotoprotector (cantidad, distribución homogénea).

- Actividades realizadas durante la exposición al sol (ejercicio físico, sudoración, roce con ropa, etc.).

Cabe aclarar que hoy en día se considera indispensable que los fotoprotectores escogidos incluyan también una adecuada fotoprotección frente a radiación UVA y que se adopten otras medidas de fotoprotección generales, como la utilización de gorras.

 

4. ¿Protegen igual geles, cremas o aerosoles?

La persistencia en la piel y la resistencia al agua de un fotoprotector dependen del vehículo o excipiente elegido. En líneas generales, puede decirse que las emulsiones de aceite en agua (lociones) y los aerosoles son poco oleosos y más fáciles de aplicar, pero tienen menos poder de permanencia y "cobertura" en la piel, mientras que las emulsiones de agua en aceite y las cremas grasas son más resistentes al agua y al sudor. Los geles se encontrarían entre los aerosoles y las cremas.

Los excipientes de los fotoprotectores son diferentes en función del tipo de piel al que van destinados y finalmente del efecto cosmético que se desea lograr. Para pieles grasas suelen preferirse excipientes en forma de gel-crema, spray o fluidos. Para pieles secas deben ser excipientes más grasos, como las cremas.

 

5. ¿Existen zonas del cuerpo que necesitan más protección que otras?

Las zonas del cuerpo más sensibles al sol y donde, por tanto, se deben extremar las precauciones son: cara, cuello, cuero cabelludo, orejas, escote, hombros y empeines. La protección de los ojos con gafas de sol y de los labios con lápices o sticks fotoprotectores también son medidas recomendables. En el caso de cicatrices recientes, es recomendable aplicar cremas con elevada protección solar para evitar que se oscurezcan.

 

6. ¿Qué cantidad de producto suele ser necesario para una aplicación?

El FPS de un producto solar se determina aplicando 2 mg/cm2 de piel, que equivalen a 6 cucharas de café (unos 40 g) para el cuerpo de un adulto de talla media. Como recomendación general, deberíamos aplicarnos lo que cabe en un dedo entero para la cara y lo que cabe en seis dedos para el cuerpo. La aplicación de menos cantidad de fotoprotector conduce a una reducción significativa de la protección esperada.

 

7. Aplicar el producto en gran cantidad, cuando quedan restos en la piel de crema, ¿protege más?

Aplicar crema solar en exceso no aumenta el factor de protección; protege lo indicado, pero no multiplica el índice por aumentar la dosis. Lo importante es aplicar la cantidad recomendada de producto de forma homogénea y bien repartida por todo el cuerpo.

 

8. ¿Existe la protección total?

Incluso utilizándolos de forma adecuada, los fotoprotectores no bloquean por completo todo el espectro de la radiación solar, por lo que el concepto de "protección" o "pantalla total" está desaconsejado y no refleja la realidad de la fotoprotección. Ésta es la razón por la que el máximo índice de protección recomendado por la Comisión Europea es 50+.