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miércoles, 08 de mayo de 2024 00:03h.

Lesiones habituales de los corredores: Tenidinitis aquílea

La tenidinitis aquílea es, sencillamente, la inflamación del tendón de Aquiles. Como la vascularización del tendón es escasa, el riego sanguíneo de esta zona es reducido, lo que significa que el proceso de recuperación de una lesión de estas características suele ser bastante lento.

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Foto: fisioterapiadeltendon.com

La tendinitis aquílea es prima hermana de la fascitis plantar y se manifiesta como dolor en la pantorrilla, justo por encima del talón, en el tendón de Aquiles, que es la gruesa banda de tejido que se origina en los gemelos y se inserta en el hueso calcáneo.

Los corredores que padecen tendinitis en el tendón de Aquiles a menudo se quejan de hinchazón y dolor cerca del talón, frecuentemente agudo y que puede llegar a ser incapacitante, tal y como nos recuerda Mario Fraioli en su Guía oficial Rock'n'Roll de entrenamiento para maratón y medio maratón.

 

Causas

A veces las culpables son las contracturas en los gemelos. La tensión en la parte inferior de la pierna somete al tendón de Aquiles a una sobresolicitación y, durante el transcurso de muchos meses de duro entrenamiento, puede desarrollarse esta lesión por sobrecarga.

Aparte de la tensión en los gemelos, las zapatillas con mala amortiguación pueden sobrecargar el tendón de Aquiles, aunque también un rápido incremento de volumen y/o de intensidad puede tener el mismo efecto. Por tanto, es importante prestar atención tanto a los pies como al entrenamiento, especialmente cuando se esté efectuando con intensidad.

 

Remedios

El reposo, la crioterapia y los estiramientos servirán para aliviar temporalmente los síntomas, y ayudas como las plantillas, cuñas en el tacón y las zapatillas con una buena estructura son soluciones también a corto plazo.

No obstante, a largo plazo merece la pena prestar mucha atención a estirar y fortalecer las pantorrillas. Ejercicios como las elevaciones de gemelos, el peso muerto a una pierna, las sentadillas a una pierna o los saltos al cajón son excelentes para potenciar esta zona. Asimismo, hay que tener en cuenta el calzado, puesto que la elección de las zapatillas puede aliviar o agravar la situación.

Y, por último, conviene cuidar el ritmo de los entrenamientos, sin excederse ni en el volumen ni en la velocidad demasiado pronto.