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martes, 07 de mayo de 2024 00:01h.

Lesiones habituales de los corredores: periostitis tibial o fractura por sobrecarga

Cuando un corredor siente dolor en la zona de la tibia, en la mayoría de los casos se debe a una inflamación menor denominada periostitis tibial, una molestia que no nos impide correr y caminar durante el proceso de curación.

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Foto: tulesiondeportiva.com

El mayor dolor o inflamación durante la lesión ocurre, tal y como nos explica Jeff Galloway en su Guía para correr durante toda la vida, en el momento de la salida de una carrera o caminata, y disminuye de manera gradual o desaparece al correr y al caminar. Tarda varias semanas (como mínimo) en curarse totalmente, por lo que deberemos tener paciencia.

Existen hasta tres variantes de esta lesión:

 

- Periostitis tibial posterior: una patología que consiste en la inflamación de la parte interna de la pierna que se irradia desde el tobillo y, a menudo, se debe a la hiperpronación del pie (en el momento de la impulsión, el pie realiza una rotación hacia el interior).

 

- Periostitis tibial anterior: debido sobre todo al hecho de tener una zancada demasiado larga al correr y, especialmente, al caminar. Durante su proceso de curación deberemos evitar los terrenos cuesta abajo.

 

- Fractura por sobrecarga o por estrés: si el dolor ocurre en un lugar muy específico y aumenta al correr, podríamos tener este problema, que es más serio y se está volviendo cada vez más común en atletas de cierta edad que realizan entrenamientos de velocidad y que corren más de tres días por semana. También les sucede a quienes arrancan muy fuerte demasiado pronto. Las fracturas por sobrecarga pueden indicar baja densidad ósea y déficit de calcio. Si sospechas mínimamente que pudieras tener esta lesión, no corras ni hagas otra actividad que afecte a la pierna y acude al médico. Esta lesión suponen semanas sin correr y normalmente requiere llevar escayola durante los primeros días.