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viernes, 03 de mayo de 2024 00:00h.

¿Eres estratega? La estrategia y la carrera

La estrategia deportiva es clave para sacarle el mayor partido a tus entrenamientos, y ahí muchas veces los atletas nos equivocamos, y mucho. Saber hacer buenas estrategias de carrera no es fácil. Con la práctica, y a base de lo que en psicología denominamos “ensayo y error”, las iremos conociendo y podremos ir perfeccionándolas cada vez más.

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Foto: Sport

Luego falta la táctica, porque una cuestión es imaginar nuestro comportamiento en carrera y otra muy distinta es llevarlo a la práctica. Pero bueno, tampoco hay que obsesionarse, lo importante es disfrutar y terminar la carrera con la sensación de haber hecho un buen trabajo, de haberlo dado todo dentro de nuestras posibilidades ese día. Luego, si el crono ha marcado un minuto más o uno menos, es secundario, lo importante es llegar a la meta y pensar en el siguiente reto, en la siguiente carrera, en el siguiente crono a batir.

Podríamos definir, pues, la estrategia deportiva como aquel conjunto de decisiones que adoptamos previamente a la competición. Si queremos sacar el máximo de nosotros en las competiciones, hay que establecer una estrategia de carrera. Ésta nos dará una cierta garantía de éxito para alcanzar nuestros objetivos y también, por qué no decirlo, una gran tranquilidad.

 

Referencias

La estrategia deportiva pasa ineludiblemente por tener en cuenta una serie de referencias en las que hay que centrar la atención. En primer lugar hay que marcarse objetivos que obligatoriamente han de ser realistas a tus capacidades y condiciones como corredor. En base a esta primera premisa gira toda la estrategia a llevar en carrera.

En primer lugar hay que marcarse objetivos que obligatoriamente han de ser realistas a tus capacidades y condiciones como corredor.

A partir de ahí tendremos que tener en cuenta otros condicionantes, como por ejemplo los ritmos a los que hemos hecho los rodajes y tiradas más importantes en el entrenamiento, sobre todo aquéllos de mayor distancia; los tiempos a los que hemos realizado los entrenamientos de series, tanto cortas como largas, y las mayores o menores dificultades experimentadas con la recuperación entre series programada; los resultados de las competiciones más recientes atendiendo a la actitud con las que las afrontamos; la climatología prevista para el día de la prueba y la aclimatación que tengamos nosotros a esas condiciones esperadas; nuestra capacidad particular de sufrimiento y cómo la hemos experimentado y/o entrenado en carreras anteriores; la posibilidad de ir corriendo en grupo o en solitario, valorando pros y contras de cada opción; el desnivel y perfil de la prueba y nuestros recursos ante el mismo; la cantidad de público y corredores esperada; y, por supuesto, nuestra motivación para competir y exprimirnos el día de la carrera.

Una vez estudiados todos los puntos anteriores, podremos hacernos una idea de hasta dónde nos podemos exigir para conseguir los mejores resultados.

 

Plan B

Durante los entrenamientos, y a medida que se vaya acercando el día de la carrera, iremos pensando en todo tipo de estrategias atendiendo a lo expuesto anteriormente. Después de estudiar cada una de ellas de forma reflexiva y objetiva, nos decantaremos por la que creamos más acertada. Y ésa es la que tendremos que llevar a cabo, no obviando de todas formas un plan B u otra alternativa, por si las circunstancias así lo demandaran. Y es que, en muchas ocasiones, lo que has programado durante semanas hacer, al primer instante de carrera es cambiado por ese otro plan B.

Poner en práctica una estrategia supone, pues, emplear diferentes tácticas en función de los problemas e imprevistos que nos vayamos encontrando. Elegir una buena táctica nos permitirá sacar el mejor partido de la nueva situación real de carrera. Equivocarse con la táctica nos traerá problemas, por eso es tan importante mantener la concentración durante toda la competición y corregir en lo posible los desaciertos que puedan aparecer.

Poner en práctica una estrategia supone emplear diferentes tácticas en función de los problemas e imprevistos que nos vayamos encontrando.

Al final la experiencia es un grado y te ayudará a tomar las mejores decisiones. Pero no es menos cierto que ser un corredor o corredora con cabeza y un buen entrenamiento mental aumenta tus probabilidades casi al máximo para saber elegir la mejor estrategia y táctica de carrera posible, sobre todo te ayudará a tomar mejores decisiones una vez esté la carrera empezada. Y ésas, al fin y al cabo, son las decisiones más difíciles de tomar y, a la vez, las que marcan el éxito o fracaso en tu aventura.

Todo se convierte por tanto en un entramado de cosas a tener en cuenta que te hace tener la concentración y los pensamientos centrados en la carrera y en la fecha de la prueba desde días y semanas antes de que ésta dé comienzo.

 

Texto extraído del libro Mejorar es posible. La motivación durante un maratón: 12 claves motivacionales para superar los obstáculos de la carrera. Más información y posibilidad de adquirir un ejemplar en www.mejoraresposible.com.