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miércoles, 08 de mayo de 2024 05:30h.

Cuatro trucos para correr bajo la lluvia

Los últimos meses están resultando de los más pluviosos de las últimas décadas en España, con los pantanos al borde de sus capacidades y consecuencias en algunos casos catastróficas para ciertos sectores de la población. Sin embargo, la lluvia no debe ser un impedimento para salir a correr, así que la página web de Kalenji nos explica cuatro trucos que harán que podamos convivir con el agua y que, incluso, lleguemos a disfrutar del entreno.

Fotos: Kalenji

1) Adapta tu equipamiento a las circunstancias.

Es inútil sacar el poncho si tan sólo llueve de manera moderada. La vestimenta tendrá que ser elegida en función de la duración de tu sesión de entrenamiento prevista y de la intensidad de las precipitaciones. Si llueve de manera continua, procura:

- Colocarte un gorra para que las gotas que podrían caer de tu frente no entorpezcan tu visibilidad.

- Llevar un cortaviento impermeable que sea transpirable.

- Proteger las zonas expuestas a las rozaduras de manera más meticulosa que de costumbre. El agua hace que la ropa pese más y, por consiguiente, la convierte en fuente de irritaciones.

- Llévate la mínima cantidad de objetos. Proscribe el uso del lector mp3 y verifica antes de salir que tu dinero, tarjeta VISA y cualquier otro efecto personal esté correctamente protegido dentro de un bolsillo estanco.

2) Estás mojado, ¿y qué?

Una vez las prendas y los pies están calados, el gesto deportivo de la carrera se hace tan natural con tiempo húmedo como con tiempo seco. Es incluso probable que te sorprendas rápidamente por el hecho de disfrutar corriendo de esta manera entre las gotas cuando otros, a tu alrededor, buscan protegerse. No olvides que no podrás elegir las condiciones climáticas de tu próxima carrera. ¿Qué harás si llueve? Lo mejor es ir acostumbrándose a correr bajo la lluvia e incluso aventurarse a pisar con alegría en los charcos. ¡No pasa nada!

3) En caso de tormenta.

Es posible que el simple chaparrón del principio de la sesión se transforme de pronto en un diluvio o, peor, en una tormenta. Si corres en medio del campo y te sorprende la tormenta, lo mejor será evidentemente encontrar un refugio. No dudes en parar a un automovilista (realizando grandes gestos si fuera necesario) o en llamar a tus familiares para que vengan a buscarte (si corres con un móvil). Si esto no fuera imposible, no te asustes. Aléjate de los árboles y acurrúcate lo más que puedas: los rayos, en efecto, golpean siempre en los puntos más altos.

4) Una vez protegido.

Es importante tener sentido común y quitarse la ropa lo antes posible para evitar que la piel macere dentro de las prendas mojadas. Cuida de tus pies y de tus zapatillas (en este orden). Verifica que no te haya aparecido ninguna ampolla: la lluvia puede haber ablandado tus tejidos activando la aparición de pequeñas lesiones. En cuanto a las zapatillas, quita las plantillas para que se sequen por separado. La acumulación de humedad puede ser el origen de olores desagradables y de una deformación del volumen interior. Una antigua técnica consiste en rellenar la zapatilla con papel de periódico con el fin de acelerar el secado.