Los tres principales retos que presenta la carrera por montaña son: correr cuesta arriba, correr cuesta abajo y utilizar los brazos para controlar el ritmo.

Correr cuesta arriba

El hecho de correr cuesta arriba representa un mayor esfuerzo pulmonar y supone una de las partes más complicados del trail running. Las primeras consecuencias que experimentaremos son el acortamiento de la zancada y la frecuente utilización del antepié a la hora del despegue, además de elevar más las rodillas y mover las piernas desde las caderas.

Correr cuesta abajo

No resulta sencillo para un deportista poco habituado al desnivel adecuar su técnica de carrera a las bajadas, ya que es fácil perder el control de la velocidad y alargar en exceso la zancada, por lo que la fuerza de la gravedad puede provocar caídas que deriven en lesiones. Para acometer un descenso idóneo conviene seguir los consejos mostrados en este vídeo.

Utilización de los brazos

Si vamos cuesta arriba es aconsejable balancear los brazos con movimientos cortos y abruptos, al tiempo que las piernas adoptan zancadas cortas y rápidas. Al correr cuesta abajo usaremos los brazos para controlar la velocidad y conservar el control, lo cual nos ayudará a mantener el equilibrio, regular el movimiento y efectuar cambios de dirección rápidos.

Equipamiento

El equipamiento necesario para la práctica del trail running ha sido diseñado para ayudarnos a superar el desnivel, ya sea positivo o negativo, y permitir que nuestro cuerpo trabaje con mayor eficiencia:

- Las zapatillas tienen un agarre y flexibilidad en el antepié óptimos para el despegue, tal y como las que se ofrecen en la siguiente página. Y estas características son de importante cumplimiento a la hora de elegir la zapatilla correcta.

- Las mallas aportan la flexibilidad adecuada para que podamos elevar las rodillas con mayor facilidad.

- Las chaquetas y chubasqueros permiten el movimiento de los brazos sin restricciones.

- Las camisetas son más flexibles y elásticas.