Con una distancia de 10,5 kilómetros, la carrera comenzará a las 11.30 horas y discurrirá por caminos en perfecto estado de conservación, muy apropiados para la práctica de este deporte, para finalizar por las calles sinuosas del casco antiguo de la localidad riojana de Igea.

A lo largo de la mañana está prevista la realización de diversas pruebas para los más pequeños, que recorrerán 1.000 metros en el casco urbano y recibirán distintos regalos por participar. A las 10.00 horas comenzará la competición para los cadetes, los nacidos en el año 1998 y 1999; a las 10.10 horas será el turno de los infantiles, los nacidos en 1999 y 2000; y a las 10.20 horas correrán los alevines, nacidos en 2001 y 2002.

A partir de las 10.30 horas, los benjamines (2003-2004) serán los protagonistas al recorrer 500 metros del casco urbano. A las 10.40 horas será el turno de los prebenjamines (2005-2006), que recorrerán 250 metros, y ya a partir de las 10.50 horas lo harán los más pequeños (2007 en adelante) para completar 100 metros del casco urbano.

Variedad paisajística

El paisaje que atravesarán los corredores irá cambiando a lo largo del trazado. Comenzarán en el casco urbano para continuar por una zona de olivos, viñas y pastos que recuerda a los Monegros aragoneses. Posteriormente, llegarán a las fincas de manzanos que bordean el recortado valle del río Linares, que les acompañarán gran parte de un camino que finaliza entre las estrechas calles del municipio.

En la primera mitad del recorrido, los atletas irán subiendo de forma moderada hasta alcanzar la altitud máxima de 656 metros. A partir de ahí, el trazado será más sencillo para bajar hasta los 556 metros de altitud de partida. Al finalizar la prueba, los corredores podrán degustar de forma gratuita un bollo preñado maridado con un vino de Rioja de la zona.

La marcha está caracterizada por su sencillez y la belleza del paisaje. La idea es vivir el deporte en contacto con la naturaleza y en compañía de los amantes del running.