Un nuevo estudio ha mostrado que las bebidas energéticas pueden elevar las presión arterial a jóvenes sanos, aumentando así el riesgo de padecer eventos cardiovasculares. Esta relación incrementa la preocupación que ya existe sobre el abuso de bebidas energéticas entre los más jóvenes al haberse asociado con modificaciones de la conducta y alteraciones en las capacidades cognitivas.

Investigadores de la Universidad de Salamanca han observado que el ejercicio físico regular contribuye al descenso de la presión arterial en horas nocturnas, algo necesario porque cuando es más alta que durante el día puede estar relacionada con un mayor riesgo cardiovascular.