"Si te gusta correr, tarde o temprano acabarás haciendo la Behobia-San Sebastián". Cuando escuché esta frase, hace tres o cuatro años, yo corría de vez en cuando, más como una manera de coger fondo físico para afrontar alguna que otra caminada de resistencia que como verdadera pasión.

Hay algo que no acabo de entender y que cada vez observo con mayor preocupación. Se supone que quienes se apuntan a competiciones de cualquier distancia son deportistas que luchan contra ellos mismos para rebajar unos segundos al crono.