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sábado, 27 de abril de 2024 00:00h.

Camino Natural del Eresma, un paseo de 13,5 km por los alrededores de Segovia

El Camino Natural del Eresma discurre por varias de las principales unidades de paisaje que sirven de transición entre el piedemonte de la Sierra de Guadarrama y las campiñas cerealistas de la cuenca del Duero. Tiene una longitud de 13,59 kilómetros, 95 metros de desnivel positivo y 225 metros de desnivel negativo.

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Fotos: MAGRAMA

En la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, sobre lastras calcáreas (colinas en forma de mesa) al pie de la Sierra de Guadarrama, se encuentra la ciudad de Segovia, punto de partida del Camino Natural del Eresma, en una zona del municipio conocida como los Altos de la Piedad, un excelente mirador hacia la capital segoviana y sus monumentos más importantes, como el Alcázar, la Catedral o el Acueducto. El casco antiguo de Segovia y su acueducto fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en 1985 por la UNESCO.

En los Altos de la Piedad, en un área de descanso frente al complejo hospitalario de Segovia, encontraremos un crucero y paneles informativos sobre la ruta. Después de disfrutar de las vistas, abandonaremos el área de descanso, cruzando la calle de la Piedad por un paso de peatones, para llegar a un descampado utilizado como aparcamiento. El Camino rodea el circuito de motocross por un firme de zahorra perfectamente señalizado y delimitado que no dejaremos hasta llegar a la margen del río.

Una vez pasado el circuito, un vallado a la derecha del sendero nos protegerá de un fuerte terraplén que, poco a poco, se va cubriendo por un bosquete de coníferas, principalmente arizónicas (Cupressus arizonica) y pinos piñoneros (Pinus pinea). Una apertura en el vallado nos permitirá desviarnos, descendiendo entre los árboles, hasta el mirador del Último Pino, con interesantes vistas del fondo del barranco y de la ciudad de Segovia, al otro lado, destacando la Catedral y el Alcázar, como ocurre durante todo el trayecto.

 

 

Mirador del Alcázar

Retomando el Camino, llegaremos hasta el mirador del Alcázar, con amplias perspectivas hacia los valles del Eresma y del Clamores, desde donde observaremos de nuevo la parte histórica de Segovia y la zona de las lastras de Zamarramala y Las Lastrillas. En el valle del Eresma se encuentran el Santuario de la Fuencisla y los monasterios de El Parral y de San Vicente.

Asimismo, desde el mirador del Alcázar divisaremos los barrios de San Lorenzo y de San Marcos, con la carretera que sube hasta la iglesia de la Vera Cruz, un templo románico del siglo XIII declarado Monumento Nacional en 1919 cuyo origen está rodeado de misterio. De planta aparentemente circular (dodecagonal), su construcción fue atribuida primeramente a los Templarios, aunque luego ha sido relacionada con los Caballeros del Santo Sepulcro.

Desde el mirador del Alcázar descenderemos por unas escaleras de roca en fuerte pendiente, aunque también tendremos la alternativa de tomar un camino que desciende con más suavidad junto a una repoblación de pinos. Toda la zona está amparada por el Plan Especial de Protección del Paisaje del Valle de Clamores-Pinarillo, que evita que pueda ser construida. Antes de bajar un tramo de escaleras (más tendidas y en mampostería) que nos lleva hasta el Eresma, un panel informativo nos explicará los detalles de las vistas desde este punto.

 

 

Los sonidos del río

Ya junto al río Eresma, otro cartel al lado del puente de San Lázaro nos informará de las distancias a los distintos puntos de interés a los que ir desde aquí. Junto al cercano Santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla hay una extensa área de descanso y, cruzando el puente, se encuentra el arco de San Lázaro o de la Fuencisla, que servía de entrada a la ciudad.

Sin cruzar el río, el Camino transcurre por su margen izquierda, entre cortados que sirven de morada a distintas especies de aves, a la izquierda, y un típico bosque de galería a mano derecha: chopos (Populus sp.), zarzas (Rubus ulmifolius) y algunos sauces (Salix sp.). Los bancos de piedra a los lados del sendero nos invitarán a sentarnos y escuchar los sonidos del río.

Tras cruzar el Eresma por un puente peatonal, será necesario extremar la precaución, ya que se camina por tramos de circulación compartida con vehículos y el trayecto transcurre paralelo a la carretera. Después de llegar al área de descanso de La Pilarcita, junto a la ermita del mismo nombre, cruzaremos con mucho cuidado la carretera, dejando atrás el polígono industrial para internarnos en un camino rural.

 

Por tierras de cultivo

A partir de aquí, el Camino transcurre entre zonas de pastos y cultivos, sobrevolando de cuando en cuando sobre nuestras cabezas bandadas de estorninos (Sturnus unicolor) o buitres (Gyps fulvus) y algún que otro milano (Milvus milvus), pasando junto a una ganadería y un centro de equitación frente al que se encuentra el área del descanso del Zorroclin. El paisaje de cultivos en este tramo se ve interrumpido por un pequeño pinar y por choperas en los lugares en los que el trazado vuelve a aproximarse al río Eresma o por algún afloramiento rocoso.

Posteriormente, un panel informativo nos advertirá del desvío de la ruta hacia un camino público sin acondicionar que tendremos que tomar para completar el Camino Natural. Esta alternativa asciende con moderada pero continua pendiente entre zonas de cultivos, con el encinar protegido de Lobones a la izquierda, ya en el término municipal de Valverde del Majano. Pasada una solitaria encina (Quercus ilex), el Camino se desdibuja y tendremos que transitar por los bordes de algunos terrenos cultivados, volviendo a aparecer unos 300 metros después.

De nuevo visible, el recorrido continúa a través de caminos públicos no acondicionados que llevan al interior del encinar de Lobones, descendiendo suavemente entre las encinas. Desde las puertas del caserío, volveremos a tomar el Camino Natural ya acondicionado y señalizado, que transcurre durante unos metros en paralelo a la plataforma del antiguo ferrocarril de Medina del Campo a Segovia, de la que aún se pueden observar algunos hitos, así como el puente que salva el arroyo de Valdelobones.

 

 

Estación de Hontanares

A partir de aquí, la presencia de chopos se hace más constante debido a que el Camino se vuelve a acercar al río; a mano derecha, los cortados en la roca sirven de refugio para los cuervos (Corvus corax). Ya en las cercanías del pueblo de Hontanares de Eresma, cruzaremos la carretera SG-V-3122 por un paso de peatones junto a un potro de herrar. Desde este mismo punto, podremos acceder al pueblo por una calle.

Tras cruzar la carretera, se encuentra el área de descanso del Parque de Hontanares. Dejándola atrás, rodearemos unas instalaciones deportivas y continuaremos entre cultivos hasta llegar al área de descanso de la estación de Hontanares, punto final del Camino, donde un cartel informa sobre la antigua línea de ferrocarril.

Aunque el Camino Natural finaliza en esta área de descanso, merece la pena caminar unos cuantos metros más para visitar los restos de la antigua estación, de la que se conservan el apeadero e incluso el cambio de agujas, escondido entre la vegetación.