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viernes, 26 de abril de 2024 00:00h.

Cómo preparar el cuerpo y la mente para salir a correr muy temprano por la mañana

Uno de los problemas motivacionales más habituales entre los corredores consiste en salir de la cama temprano y estar preparados para afrontar una carrera larga, un entrenamiento duro o, simplemente, correr según el plan de trabajo habitual.

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Foto: uco.es

Jeff Galloway nos recuerda en Entrenamiento mental para corredores que “un cuerpo en la cama desea quedarse en la cama; pero cuando un cuerpo está en movimiento, desea seguir en movimiento”.

Tres cuestiones básicas a tener en cuenta a la hora de afrontar una sesión física a primera hora de la mañana son:

- Declarar el resultado deseado: para estar despierto y totalmente implicado en la carrera desde el principio.

- Detallar la dificultad: el deseo de quedarte en la cama, las pocas ganas de salir a correr tan temprano. El estrés del despertador y tener que pensar qué hacer a continuación cuando el cerebro no funciona muy rápido.

- Desglosa la dificultad en series de acciones que te permitirán superar las barreras mentales, de las cuales ninguna está poniendo en un brete al hemisferio cerebral izquierdo.

 

Ocho consejos

Por otro lado, Jeff Galloway nos proporciona ocho pautas para que salir a correr bien temprano por la mañana nos resulte un poco más fácil:

 

1. La noche anterior deja la ropa y las zapatillas de correr a mano para no tener que pensar.

 

2. Al acostarte, pon en hora el despertador y repítete una y otra vez “apagar el despertador, poner los pies en el suelo, ir hasta la cafetera”. O, más fácil, “despertador... suelo... café”. Mientras lo repites, te visualizas mentalmente haciendo cada acción sin pensar. La repetición te arrullará hasta quedarte dormido. Haciendo esto, también te has estado programando para actuar casi mecánicamente la mañana siguiente.

 

3. Suena el despertador. Lo apagas, pones los pies en el suelo y te encaminas a la cocina sin pensar porque has programado al cerebro reflejo para hacerlo.

 

4. Te pones poco a poco la ropa, te sirves el café (o té, cola baja en calorías, etc.) y le das un trago, sin pensar nunca en el entrenamiento.

 

5. Con la taza de café en la mano y la ropa puesta, te asomas por la ventana para ver qué tiempo hace.

 

6. Mientras conduces hacia el lugar donde corres o haces los ejercicios y das tragos a tu bebida, te imaginas viendo a tus amigos, sintiendo la energía positiva de la competición, comenzando con suavidad el entrenamiento o carrera, sintiéndote bien por el esfuerzo realizado.

 

7. O caminas hasta la puerta de tu casa, dejas la bebida y cruzas la calle. Ya estás de camino.

 

8. Empiezan a hacer efecto las endorfinas. Los péptidos positivos están aumentando, te sientes bien, quieres continuar.