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lunes, 29 de abril de 2024 00:01h.

Ejercicios de aceleración y desaceleración progresiva para correr con mayor rapidez y suavidad

Son muchos los corredores que, llegados a determinado punto en su evolución como atletas, desean correr más rápido pero se sienten raros y estresados al intentarlo. La mayoría de las veces se debe a la falta de un buen entrenamiento que enfoque la forma de correr más rápido.

Paul Rix on a morning run on the Olympic Training Center track in Chula Vista, California.
Foto: runningmagazine.ca

Sin embargo, cuando se practica con regularidad el ejercicio de aceleración y desaceleración progresiva, a los corredores les resulta más fácil marchar a un ritmo más rápido y con mayor suavidad.

En cada uno de estos ejercicios, según explica Jeff Galloway en Entrenamiento mental para corredores, emplearemos el cerebro consciente, favoreciendo el entrenamiento del cerebro reflejo para repetirlo 4-8 veces con suavidad.

Este ejercicio es un ejemplo muy fácil y agradable del juego con la velocidad o fartlek. Si se practica con cierta frecuencia, desarrollaremos un rango de velocidades cuyo mayor beneficio aparece cuando aprendemos a 'dejarnos llevar' o a ir en punto muerto.

 

Consideraciones sobre este ejercicio

1. Llévalo a cabo un día en que no tengas una carrera larga, en medio de una carrera más corta o como complemento para una sesión de velocidad.

2. Calienta al menos con un kilómetro de carrera suave.

3. Muchos corredores hacen el ejercicio de cadencia justo después del calentamiento, seguido de aceleración y desaceleración progresiva. Pero, si se desea, cada uno puede realizarse de manera separada.

4. Haz de 4 a 8 ejercicios.

5. Hazlo al menos una vez a la semana.

6. No esprintes, nunca corras al máximo al ejecutarlos.

 

Cómo hacerlo

Una buena forma de realizar este ejercicio sería:

1. Comienza corriendo muy lentamente durante 15 pasos.

2. Luego, corre más rápido durante otros 15 pasos, aumentando a un ritmo de carrera normal para ti.

3. Después, durante los siguientes 25 pasos más o menos, aumenta gradualmente la velocidad hasta tu ritmo de carrera normal.

4. Ahora toca dejarse llevar o deslizarse. Permítete ralentizar con suavidad la marcha empleando el impulso todo lo que puedas. Al principio es posible que sólo te puedas dejar llevar durante 10-20 pasos. A medida que transcurran los meses, subirás hasta 30 y así sucesivamente.

Recuerda que ir en punto muerto conserva energía, reduce el dolor muscular y el cansancio y te ayuda a mantener un ritmo más rápido en las carreras.