Buscar
miércoles, 01 de mayo de 2024 00:00h.

Correr como terapia de vida

El esfuerzo siempre tiene su recompensa. El esfuerzo es cosa de valientes, de aquellos que no tienen miedo al fracaso, sino que lo ven como una oportunidad para levantarse y aprender de la experiencia, para continuar adelante hasta lograr lo soñado. Esa ha de ser también nuestra recompensa.

180954-image_full
Foto: Text 100

La vida siempre te está poniendo en tu lugar, eso es una verdad que no podemos obviar. Aún recuerdo mi época de niño, feliz, inocente, sin más preocupaciones que las de pensar qué iba a hacer ese día, qué juego nuevo iba a inventar para ocupar mi tiempo alegremente, ajeno a lo que me sucedía, ajeno a las dificultades que mis padres tenían para sacar la familia adelante, ajeno a los problemas laborales de mi padre, ajeno a las enfermedades que en la familia había, ajeno a... todo, menos a ser feliz.

Conforme vas cumpliendo años, dejas de estar ajeno a muchas de esas cosas, otra cosa es no querer verlas, no querer implicarse en ellas, pero esas cosas pasan por delante de tus narices y no puedes obviarlas, en cada cual está el cómo afrontarlas.

El atletismo me está ayudando a superar todas estas dificultades, al menos a afrontarlas desde otro punto de vista más valiente.

Yo siempre he sido una persona muy echada para adelante, valiente en mis impulsos y retraída en el desarrollo. Si las cosas en las que me aventuraba me hacían dudar, era más probable en mí un abandono o un recular a tiempo. Aún sigo siendo así para muchas cosas, pero creo que eso también es madurez. La vida durante los últimos años me ha golpeado muy fuerte, a mi alrededor han aparecido multitud de acontecimientos que me hacen tambalear, que me ponen a prueba día a día, que requieren de mí un nivel de compromiso y exigencia brutal, que no hacen otra cosa que enseñarme que ya no soy aquel niño feliz e inocente ajeno a todo, ahora soy el verdadero protagonista de mi vida y, por lo tanto, protagonista de mis éxitos y también de mis fracasos.

El atletismo me está ayudando a superar todas estas dificultades, al menos a afrontarlas desde otro punto de vista más valiente, más maduro, más sufrido y curtido, y es que el atletismo, correr, es toda una enseñanza de vida.

 

Mirar hacia delante

Cuando en mi último empleo me despidieron injusta y despóticamente después de casi 6 años de entrega máxima y compromiso, cuando te sientes humillado porque se han aprovechado de tus circunstancias personales, de tus problemas y conflictos confiados a ellos, cuando te sientes como un objeto manipulado y tirado a la basura, cuando todo eso te hace tambalear a ti como persona, a ti en tu relación de pareja, a ti como trabajador y a ti en todo su conjunto, lo único que durante muchas semanas me mantenía vivo y con ganas de invertir mi suerte era correr, era el atletismo, eran las carreras, era el entrenar, era el competir, era el ver a mis compañeros/as runneros, era y es el próximo maratón que iba o voy a correr.

Desde una postura crítica pero constructiva, uno es capaz de valorar muchas cosas negativas y a mejorar dentro de sí mismo, pero lo que aprendes con el atletismo es a fijarte en ti, no en el contrario, pues mal te irá si tus metas están puestas en relación a las miras de otra persona, algo que por desgracia empieza a abundar y a proliferar también con toda esta fiebre del running.

Lo que aprendes con el atletismo es a fijarte en ti, no en el contrario, pues mal te irá si tus metas están puestas en relación a las miras de otra persona.

Cuando de golpe y porrazo te quedas en situación de desempleo, cuando la vida te ha dado otro mazazo más gordo que los que ya llevas recogidos en un año de infortunio, lo único que ronda mi cabeza es seguir mirando hacia delante, es buscar la forma de revertir todo este cúmulo de malas noticias y acontecimientos; y por y para ello, centro todas mis energías en entrenar hasta la extenuación, en sufrir en cada entrenamiento, para que el día objetivo, para que el día del maratón, todo se esfume de repente y mi vida vuelva a cobrar el sentido que ha perdido en estos meses anteriores.

Y creedme si os digo que si finalmente lo consigo, una de mis mayores recompensas ese día será pensar en todas esas personas que tanto me han defraudado y tanto se han aprovechado de mí y de mis circunstancias para gritar a garganta viva '¡¡¡Va por mí y por lo que os habéis perdido!!!'.

Por esto y por otras muchas cosas, el correr ha sido y es para mí toda una terapia en mi vida. ¿Lo es también en la tuya?

 

Texto extraído del libro Mejorar es posible. La motivación durante un maratón: 12 claves motivacionales para superar los obstáculos de la carrera. Más información y posibilidad de adquirir un ejemplar en www.mejoraresposible.com o contactando con el autor en fjrm@mejoraresposible.com.