La prueba ofrece dos trazados a los participantes. En la ruta de 20 kilómetros, los corredores deberán superar un desnivel positivo acumulado de 800 metros. En la maratón, además de recorrer los 42,195 kilómetros de la distancia, se encontrarán con 1.600 metros de desnivel. En ambos casos, el terreno no ofrecerá escollos adicionales y la carrera transitará por pistas y caminos forestales de dificultad media.

El dinero reunido con las inscripciones no sólo servirá para montar el complejo dispositivo que requiere una carrera de montaña, incluyendo permisos, balizamientos, atención médica, seguros o avituallamientos, sino que además permitirá mejorar la vida de miles de niños en todo el mundo a través de Aldeas Infantiles. La ONG, fundada en 1949 en Imst (Austria), está presente en 133 países y se centra en el desarrollo del niño hasta que llega a ser una persona autosuficiente y bien integrada en la sociedad.

Valor paisajístico

Por otra parte, como es norma en las Races Trail Running, al deporte se le añade el valor paisajístico y natural del entorno donde se celebra la prueba, así como la oportunidad de planificar escapadas y disfrutar del turismo de proximidad. En este caso, los atractivos turísticos están garantizados con San Lorenzo del Escorial como punto de salida y meta de la carrera.

Por último, la prueba servirá como final del Circuito Nacional de Carreras por Montaña 2013 para Ciegos y Deficientes Visuales.