“Estoy exhausta, ha sido lo más duro y salvaje que he hecho en toda mi vida”, comentó Nerea Martínez tras atravesar la meta con el dedo dislocado y tras sufrir multitud de magulladuras. La atleta del Salomon Santiveri Outdoor Team pensaba que pocas cosas ya podían sorprenderla teniendo en cuenta su gran experiencia y que ha participado en las ultras más exigentes de todo el planeta.

En total, los atletas debían superar los 120 kilómetros de recorrido salvando 8.000 metros de desnivel positivo. Unas cifras disuasorias para la gran mayoría pero que no asustan a Nerea. Sin embargo, la realidad de la prueba, con el recorrido por la selva, ha impuesto su dureza, tal y como demuestra el tiempo invertido y el hecho de que sólo cinco corredores hayan sido capaces de llegar a meta. Nerea ha sido tercera en la general, llegando muy tocada físicamente tras sufrir muchas caídas y dislocarse el dedo.

“En mi vida había hecho algo así”

“Estoy muerta, ha sido una locura de carrera. En mi vida había hecho algo así. Si no me he caído un millón de veces no me he caído ni una; me he luxado un dedo y he tenido que colocármelo yo misma porque resulta que estaba a más de siete horas de un control. Tengo heridas por todo el cuerpo... Por mucho que intente explicarlo es difícil hacerse una idea de lo que ha sido. No hay más que ver los tiempos para 120 kilómetros... Y me he encontrado muy bien, vamos, que no he ido de paseo. La verdad es que es una carrera muy peligrosa”, ha explicado la atleta del Salomon Santiveri.

Como dato para tener una referencia, Nerea posee la plusmarca femenina en la exigente Ronda dels Cims, de 170 kilómetros y 13.000 metros de desnivel acumulado que discurren por una altitud media de casi 2.000 metros, en 35h31’21, mientras que en Guadalupe ha invertido más de 38 horas.