El decálogo describe todos los aspectos que deben ser considerados a la hora de disfrutar de la naturaleza, desde la preparación de la jornada al uso y disfrute respetuoso tanto del medio natural como de las infraestructuras existentes.

El consejero quiso resaltar en la presentación del decálogo que las áreas recreativas, como ésta de La Barranca, contribuirán a vertebrar el uso público del futuro Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, "permitiendo el disfrute por parte de los visitantes de este entorno tan especial, pero sin comprometer su estado de conservación".

Nuevas áreas recreativas

La Comunidad de Madrid creó el año pasado tres nuevas áreas recreativas en Galapagar, El Álamo y Sevilla la Nueva, en las que ha invertido 114.000 euros y con las que ya son más de cien las existentes en la región. Estas áreas son zonas de fácil acceso y están acondicionadas para proporcionar servicios básicos.

Cada una tiene sus propias características, pero cuentan con zona de estacionamiento y mesas y asientos. A estas instalaciones se pueden añadir fuentes, kioscos o zonas de esparcimiento, como circuitos biosaludables, piscinas naturales o zona de juegos infantiles.

La Comunidad destina 500.000 euros anuales no sólo al mantenimiento de estas áreas, sino a la reposición de elementos mal utilizados o rotos por comportamientos poco ejemplares.

Decálogo del buen uso del monte

Este decálogo incluye una serie de recomendaciones que garanticen tanto la seguridad del visitante como el cuidado del medio natural, al tiempo que anima al usuario a ser parte activa de la conservación del monte, poniéndose en contacto con las autoridades ante cualquier tipo de alteración del medio.

Puede encontrarse en distintas páginas web sobre rutas o senderos de la Comunidad (www.viaspecuariasmadrid.org, www.sendasdemadrid.es, www.ceamadrid.es o www.parquenaturalpenalara.org), en la Red de Centros de Educación Ambiental y en las señalizaciones y cartelería informativa de estas áreas.

Se divide en tres secciones: antes de ir, cuando estés allí y cuando te vayas. Entre las primeras reglas, informarse (rutas adecuadas, predicción meteorológica) y equiparse (ropa y calzado adecuado, agua, móvil cargado). Una vez allí, hay que respetar las normas sobre aparcamiento, pasear siempre por las sendas o caminos acondicionados para ello y respetar las propiedades particulares: dejar portones y vallas como estaban y atender las señalizaciones que encontremos.

Si el área se ubica cerca de un Centro de Educación Ambiental, se debe participar en las actividades que se ofertan, no molestar a la fauna y la flora y avisar si encontramos un animal herido. Asimismo, recomiendan respetar las indicaciones de las autoridades, no hacer fuego y, por último, hacer un uso responsable: utilizar las zonas de las áreas recreativas y las sendas habilitadas y respetar a agricultores, ganaderos y propietarios particulares.

El decálogo recuerda que cuando nos vayamos del monte debemos recoger todos los residuos y depositarlos en contenedores habilitados y dejar el sitio como lo encontramos. No se debe modificar el estado del suelo, del agua, de la flora o de la fauna.