“La patronal está a favor de las nuevas tecnologías y de toda innovación que ayude a las personas. En este sentido, defiende el uso de las aplicaciones deportivas online como complemento y herramienta útil para los monitores, pero advierte del riesgo de que los usuarios no profesionales realicen la actividad deportiva sin una supervisión directa adecuada", indicó en un comunicado.

La FNEID aboga por llevar a cabo la actividad con entrenadores profesionales que puedan adaptar el entrenamiento a la fisiología y las necesidades individuales. "El asesoramiento por parte de personal cualificado es fundamental para no sufrir lesiones innecesarias por haber practicado deporte de forma errónea. A esto hay que sumarle el hecho de que si tenemos ya alguna lesión previa o sufrimos una patología, un entrenador virtual no puede saberlo, y puede que haya actividades no recomendadas en función de estas dolencias. Un correcto asesoramiento también permite maximizar los resultados de la actividad", manifestó.

La FNEID entiende que el deporte y la actividad física además de realizarse en instalaciones apropiadas para ello puede efectuarse en otros espacios, "ya sean abiertos como parques o cerrados como en casa, aunque insiste en que lo más adecuado es realizar la actividad física bajo supervisión profesional, algo que sólo ofrecen las instalaciones deportivas".

Los beneficios psicológicos de los gimnasios

La patronal también destaca que los gimnasios se han convertido en algo más que un lugar al que acudir para hacer deporte y son centros sociales en los que uno se pone en forma al tiempo que se relaciona y conoce gente. "Esto trae a su vez muchos beneficios psicológicos, ya que el hecho de compartir con los demás una actividad que nos gusta produce un efecto positivo en nuestro estado anímico", añadió.

"FNEID incide también en la importancia de elegir una actividad que se adecue a nuestros gustos y necesidades físicas para que la práctica de ejercicio no se convierta en una carrera de obstáculos", concluye la patronal, que cuenta con unas 16.000 instalaciones en España, emplea a unas 75.000 personas y su actividad supone el 1% del PIB nacional.