"El Camino de Santiago es como el camino de la vida", me dijo el ciclista que tuvo el valor de subir O Cebreiro por pista de montaña y no por carretera. De hecho, le tengo que dar la razón, puesto que el Camino tiene un inicio, un desarrollo y un final.
Inicio es allí donde empiezas, donde tanteas, donde observas, donde poco a poco vas aprendiendo de los demás, vas dejando que te aconsejen, vas creciendo como peregrino.