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viernes, 29 de marzo de 2024 00:01h.

Runners 24 horas

Hace tiempo que lo observo. Se puede constatar en cualquier carrera donde participen muchas personas procedentes de fuera de la zona en la que se organice el evento, sobre todo si se trata de una ciudad del atractivo de San Sebastián o Valencia, donde en las últimas semanas se han celebrado la Behobia-San Sebastián y el Maratón Divina Pastora Valencia.

Hace tiempo que lo observo. Se puede constatar en cualquier carrera donde participen muchas personas procedentes de fuera de la zona en la que se organice el evento, sobre todo si se trata de una ciudad del atractivo de San Sebastián o Valencia, donde en las últimas semanas se han celebrado la Behobia-San Sebastián y el Maratón Divina Pastora Valencia.

Si la prueba es en domingo, el viernes por la tarde ya se empiezan a ver turistas con unos rasgos muy clarificadores: visten las zapatillas técnicas más novedosas, mallas ajustadas, camisetas logradas en alguna carrera anterior –cuanto más dura y exigente, mucho mejor- y sudadera o chaqueta tipo chubasquero o cortaviento más o menos gruesa –dependiendo de la temperatura prevista- de alguna marca deportiva de referencia. También existe la versión menos extrema, que se distingue básicamente por el cambio de las mallas ajustadas por unos pantalones tejanos.

Estas indumentarias son lucidas tanto por hombres como por mujeres y niños, ya sean participantes de la prueba o acompañantes, durante esa tarde del viernes, el sábado, el domingo e incluso el lunes, dependiendo del poder adquisitivo y de la facilidad para cogerse unos días libres en el trabajo de cada cual. Y no sólo en la feria del corredor, sino también en el centro, en el casco viejo, en las iglesias y catedrales, en los bares y restaurantes, en los autobuses, en los trenes, metros o tranvías que conectan los diferentes puntos urbanos e interurbanos, en las librerías, en las tiendas de souvenirs...

No es una nueva tribu urbana ni una moda pasajera: son los runners 24 horas. Los motivos para vestir así durante tantos días seguidos van desde la comodidad que aporta este vestuario hasta la facilidad que presentan las prendas para ser dobladas en una maleta pequeña o en una mochila sin que se noten las arrugas. No es bueno ni malo, tan sólo es una realidad.