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jueves, 28 de marzo de 2024 00:02h.

Consejos para minimizar riesgos para la salud a la hora de entrenar en entornos con altos índices de contaminación

Aunque el ejercicio es una de las claves de un estilo de vida saludable, si se elige realizarlo en el exterior la contaminación podría dar lugar a una combinación nada sana. Esto es especialmente cierto en el caso de las personas que padecen asma, diabetes, trastornos pulmonares o cardíacos o una enfermedad respiratoria de las vías inferiores.

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Foto: Getty

Desde el sitio web de la estadounidense Clínica Mayo señalan que incluso sin realizar ejercicio, la exposición a la contaminación del aire puede producir problemas de salud. Pero con la combinación de aire contaminado y ejercicio, los potenciales problemas para la salud aumentan, señala Edward R. Laskowski, codirector del Centro de Medicina Deportiva de la institución médica.

"Una razón para este mayor riesgo podría ser que durante el ejercicio aeróbico se suele inhalar más aire y la respiración es más profunda. Y dado que es más común respirar más por la boca durante el ejercicio, el aire que se respira en general se salta los pasajes nasales, que suelen filtrar las partículas de contaminación del aire", comenta el especialista.

 

Problemas para la salud

Los problemas de salud a los que está asociada la contaminación incluyen:

- Daños de las vías respiratorias de los pulmones.

- Mayor riesgo de desarrollar asma.

- Empeoramiento del asma existente o de otros trastornos pulmonares.

- Mayor riesgo de ataques cardíacos e ictus.

- Mayor riesgo de mortalidad por cáncer de pulmón y enfermedad cardiovascular.

Para Laskowski, la principal incógnita aún sin aclarar en lo que se refiere a la contaminación del aire y el ejercicio es cuánta exposición es un peligro o durante cuánto tiempo tiene la persona que estar expuesta para sufrir estas consecuencias.

 

Cómo minimizar los riesgos

Y dado que el ejercicio tiene claros beneficios para la salud, no hay que dejar de practicarlo por completo, a menos que el médico lo indique, señala Laskowski. El también profesor del Colegio de Medicina de la Clínica Mayo explica que lo más importante es centrarse en métodos para minimizar los riesgos de la combinación de contaminación y ejercicio, y apunta algunos consejos:

- Controlar los niveles de contaminación del aire: la mayoría de comunidades tiene un sistema de alertas de contaminación. Contacte con las oficinas de control de contaminación locales, instalaciones hospitalarias o su médico para conseguir información. Existen aplicaciones para el móvil y páginas web oficiales donde se publican los datos sobre contaminación a nivel local y nacional.

- Planificar el momento del ejercicio con cuidado: evite la actividad física en el exterior o reduzca la intensidad y duración del entrenamiento fuera cuando se den a conocer alertas de la calidad del aire. Evite también la actividad en exteriores cuando los niveles de contaminación tiendan a estar más altos, que suele ser a mitad del día o por la tarde. El ejercicio durante las horas punta también puede exponer a mayores cantidades de contaminación.

- Evitarlas áreas de contaminación elevada: los niveles de contaminación suelen ser más altos dentro de los 15 metros cercanos a una carretera. Los ambientes urbanos y las áreas para fumar en el exterior también tienen mayores niveles de contaminación. Si es posible, evite esta clase de áreas cuando realice ejercicio.

- Realizar ejercicio en el interior: alterne su rutina con actividades ocasionales en interior, en especial en los días de calidad pobre del aire. Tome una clase de gimnasia, visite un gimnasio local o corra unas vueltas en una pista interior.

- Consultar siempre al médico: si se padece asma, diabetes u otro trastorno, es mejor consultar con el médico cuándo es más saludable hacer ejercicio.