Buscar
viernes, 29 de marzo de 2024 00:02h.

El uso de los factores de crecimiento en el campo de la medicina deportiva

El campo de la medicina regenerativa ha experimentado durante los últimos años un importante avance como consecuencia de la búsqueda de nuevos tratamientos orientados a reducir o solucionar el deterioro que sufren los tejidos del cuerpo humano debido al desgaste, envejecimiento o enfermedad. Uno de los más utilizados en traumatología y medicina deportiva son los factores de crecimiento autólogos, que saltaron al primer plano informativo hace algún tiempo gracias a deportistas de élite como el tenista Rafa Nadal o el futbolista del F.C. Barcelona Xavi Hernández, que recurrieron a esta solución para solventar sus respectivas lesiones de rodilla y tendón de Aquiles.

Foto: Instituto de Oftalmología Avanzada

La definición de lo que son los factores de crecimiento nos la ofrece el Dr. Miguel Ángel Pérez Fernández, traumatólogo especializado en Medicina del Deporte: “Los factores de crecimiento no son más que unas proteínas que se encuentran en el interior de las plaquetas, unas sustancias que son liberadas por nuestro organismo en ciertas ocasiones fisiológicas, como por ejemplo cuando nos cortamos y se produce una hemorragia, actuando entonces para taponar la lesión del vaso y liberar los factores de crecimiento que ponen en marcha los procesos de reparación tisular”.

Está demostrado”, prosigue el Dr. Miguel Ángel Pérez Fernández, “que los factores de crecimiento son parte fundamental en los procesos de curación natural de nuestro organismo, lo cual significa que un aumento en la concentración de los mismos acelera este proceso natural”.

Campos de aplicación

La aplicación de los factores de crecimiento se inició hace un par de décadas, en principio dentro del campo de la cirugía maxilo-facial, extendiéndose más tarde a la traumatología, medicina deportiva, medicina y cirugía estética, cirugía vascular, oftalmología, etc.

Los factores de crecimiento se suelen emplear en lesiones tendinosas, musculares y ligamentosas

Por lo que respecta a la parcela puramente deportiva, el Dr. Pérez Fernández nos recuerda que “se suelen emplear en lesiones tendinosas (epicondilitis, tendinitis de Aquiles, rodilla del saltador, roturas tendinosas), lesiones musculares y lesiones ligamentosas. También se aplican después de ciertas intervenciones quirúrgicas, como plastias ligamentosas (ligamento cruzado de rodilla), reconstrucciones tendinosas (roturas de tendones del hombro y tendón de Aquiles) y artroscopia, disminuyendo en cada caso el periodo de recuperación”.

De igual manera”, concluye el traumatólogo, “los factores de crecimiento son útiles en el tratamiento de la artrosis, reduciendo los procesos inflamatorios responsables del dolor. Además, pueden emplearse para favorecer la consolidación de fracturas y en lesiones cutáneas, como por ejemplo úlceras varicosas”.

Obtención de los factores de crecimiento

Una vez determinada la conveniencia de emplear el tratamiento con factores de crecimiento, el paciente se somete a una extracción sanguínea que puede ir desde los 8 hasta los 16 centímetros cúbicos, volumen similar al de una analítica rutinaria. A continuación, la sangre es centrifugada para separar los diferentes componentes: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plasma rico en plaquetas (PRP). Este proceso suele durar unos 10 minutos, tras lo cual el PRP obtenido es activado añadiendo cloruro cálcico. Entonces, ya está listo para su empleo.

Tan sólo se precisa una punción en el brazo para obtener la sangre más otra punción posterior en el lugar a tratar

Se trata de un proceso que, por lo general, no resulta doloroso. Tan sólo precisa de una punción en el brazo para obtener la sangre más otra punción posterior en el lugar a tratar. Además, recuerda el doctor, “si tenemos que infiltrar en áreas potencialmente dolorosas, como el talón en casos de tendinitis de Aquiles o fascitis plantar, utilizamos anestesia local”.

Tras el tratamiento, el paciente puede hacer vida normal. La recomendación es realizar un mínimo de 3 infiltraciones, separadas entre sí por un margen de entre 3 y 4 semanas.

Ventajas

Son varias las ventajas que aporta la aplicación de los factores de crecimiento, según el Dr. Miguel Ángel Pérez Fernández. En primer lugar, “el PRP es un preparado seguro, derivado de la sangre del propio paciente, por lo que no existe riesgo de transmisión de enfermedad y, al no ser un medicamento, no hay peligro de que se produzcan reacciones alérgicas ni efectos secundarios”.

Al no ser un medicamento, no hay peligro de que se produzcan reacciones alérgicas ni efectos secundarios

Por lo que respecta a su experiencia en el deporte, en consonancia con los estudios publicados en revistas científicas de prestigio, “los factores de crecimiento muestran en general una disminución del periodo de recuperación tras la lesión, con una reintegración más rápida a la actividad diaria. También conviene remarcar que, además de ser un tratamiento seguro, “hace ya algunos años que ha sido retirado de la lista de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje”.

Por su parte, la mayoría de pacientes con artrosis que son tratados con factores de crecimiento “experimentan una mejora significativa del dolor e inflamación, retrasándose el tratamiento definitivo, que generalmente consiste en la sustitución articular protésica. En este grupo de pacientes, que suelen estar polimedicados, los factores de crecimiento “disminuyen la necesidad de analgésicos y anti-inflamatorios, evitando los efectos secundarios que presentan, sobre todo a nivel de aparato digestivo, renal, elevación de la tensión arterial, etc.”.

Por otro lado, en comparación con las infiltraciones de corticoides, el PRP “no incrementa las cifras de glucemia, un aspecto a tener muy en cuenta en personas diabéticas”.

Pacientes que pueden ser tratados con factores de crecimiento

Llegados a este punto nos preguntamos si existe alguna clase de pacientes a los que no sea conveniente aplicar factores de crecimiento. El Dr. Pérez Fernández confirma que “al ser un producto obtenido de la propia sangre del paciente, los factores de crecimiento son intrínsicamente seguros. El problema principal puede venir ocasionado por una manipulación incorrecta de la sangre”. Por tanto, “pueden aplicarse a personas de edad avanzada y son compatibles con otras medicaciones que tome el paciente, como analgésicos, medicamentos para la diabetes, para la hipertensión arterial, para el colesterol, etc.”.