El motivo es, siempre según las conclusiones de esta investigación, que la carrera hacia atrás consume el 30% más de energía, por lo que el cuerpo acaba quemando el doble de calorías.

Pero los beneficios no acaban aquí, puesto que los científicos italianos aseguran que con la práctica de este ejercicio también mejoramos el equilibrio y aceleramos la recuperación de aquellas lesiones que son más comunes entre los corredores, debido a una cuestión tan simple como que el impacto al golpear el suelo es más suave que si corremos de frente. En este sentido, una de las partes del cuerpo que saldrían más beneficiadas y sufrirían menos serían las rodillas.

Al hilo de esta información, un segundo estudio sobre esta técnica de correr hacia atrás, esta vez procedente de la Universidad de Stellenbosch, en Sudáfrica, y publicado por la versión mexicana de la revista Muy Interesante revela que un grupo de mujeres perdieron mayor cantidad de grasa corporal corriendo hacia atrás que otras que lo hicieron corriendo hacia adelante. Esta experimento se efectuó durante un periodo de cuatro semanas, en las que aparte de bajar de peso estas voluntarias mejoraron su salud cardiorrespiratoria.