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sábado, 20 de abril de 2024 00:01h.

Los cinco principios básicos de una dieta sana y equilibrada

Son muchas las ventajas sobre la salud de una dieta equilibrada, pero ¿cuáles pueden ser sus principios básicos? A continuación se proponen cinco aspectos a cambiar para conseguir el perseguido equilibrio dietético y mejorar en gran medida el estilo de vida.

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Foto: Flickr – Hermenpaca - CCBY

- Apostar por lo integral: incluir productos integrales en las distintas comidas del día, desde el pan a las galletas de la merienda o los tentempiés para matar el gusanillo a la hora del aperitivo. El arroz o las pastas integrales pueden aportar un extra de sabor a los platos tradicionales. Los beneficios sobre el tránsito intestinal, sus consecuencias sobre la saciedad o los estudios que les confieren efectos protectores para el corazón y el sistema digestivo avalan dejar atrás las harinas blancas.

 

- Pensar en colores: frutas y verduras no sólo harán más apetitosas las presentaciones de los platos sino que, además, llenarán de vitaminas las reservas del organismo. Aunque puede parecer difícil llegar a las cinco porciones al día recomendadas por las autoridades sanitarias, a mayor consumo mayor recarga de energía y vitalidad.

 

- Pasarse al agua: además de ayudar al organismo a liberarse de las toxinas, el agua contribuye a realizar una digestión adecuada y la saciedad que se consigue al combinarla con las comidas favorece una menor ingesta de alimentos. La hidratación también permite que cada célula del organismo funcione de forma óptima. Para quienes necesiten más sabor, el agua puede tener un efecto aún más refrescante si se le añade una rodaja de limón o lima al vaso.

 

- Seleccionar las grasas: la grasa es esencial para el cuerpo humano, pero hay que elegir aquéllas más saludables y rechazar las que contaminan los tejidos. Reducir el llamado colesterol malo es más fácil si se crean nuevos hábitos como tomar frutos secos, que aunque son calóricos aportan grasas muy saludables al organismo; sustituir grasas animales por vegetales, como optar por el aguacate en vez del queso en las ensaladas; o dejar de tomar leche entera y escoger la versión desnatada. El aporte calórico puede ser el mismo, pero alimentos como éstos tienen un mayor valor nutritivo.

 

- Cuidar las raciones: ya sea para perder algo de peso o controlar el colesterol o la diabetes, la cantidad de comida en el plato es uno de los factores clave a tener en cuenta. El truco de utilizar platos pequeños para comer, tomar agua durante las comidas o emplear productos integrales pueden ayudar en este empeño de equilibrar la función orgánica de alimentarse con el apetito.