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jueves, 25 de abril de 2024 00:12h.

Un nuevo tratamiento mejora los síntomas de la fascitis plantar crónica en más del 90% de los casos

La fascitis plantar crónica es el trastorno debilitante del pie más común, pues afecta a aproximadamente el 10% de la población y supone más de un millón de visitas anuales al médico. Ahora, los pacientes que sufren esta patología tienen un nuevo tratamiento para combatir esta enfermedad a partir de ultrasonidos.

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Foto: traumatologosgranada.es

Un equipo de científicos ha empleado imágenes de ultrasonido y energía ultrasónica específica para penetrar, emulsionar y eliminar el tejido enfermo, dejando espacio para el crecimiento de tejido nuevo, tal y como revela una investigación presentada en la Reunión Anual de la Sociedad de Radiología Intervencionista.

"La fascitis plantar es un trastorno omnipresente y con el que es difícil convivir", señala Rahul Razdan, uno de los investigadores del estudio y radiólogo intervencionista en Advanced Medical Imaging en Lincoln (Nebraska, Estados Unidos). "Mientras que los tratamientos estándar, como medicamentos para el dolor y la terapia física, pueden ofrecer algún alivio, no ha habido respuestas permanentes. Por ello, hacen falta tratamientos definitivos, seguros y eficaces", apunta.

 

Tratamiento y resultados

En el estudio se trató a cien pacientes a partir de agosto de 2013, todos ellos con fasciopatía plantar refractaria crónica, que no respondían a los medicamentos. Antes del tratamiento, los pacientes calificaron cómo era su dolor en el pie afectado a la hora de realizar la vida cotidiana a través del Índice de Discapacidad de Pie y Tobillo (FADI), puntuaciones que se recogieron dos semanas, seis semanas y seis meses después del tratamiento.

Este tratamiento ultrasónico puede devolver a los pacientes sus vidas y hacerles disfrutar de ellas.

Dos semanas después del tratamiento, más del 90% de los pacientes dijeron notar mejoría de los síntomas, un alivio que se mantuvo a los seis meses. Los pacientes también señalaron estar muy satisfechos con el tratamiento y no tener complicaciones relacionadas con el mismo.

"Es importante para los pacientes de fascitis plantar crónica saber que tienen opciones de tratamiento", añade Razdan. "Tenemos pacientes que sufren tanto dolor que ni siquiera pueden jugar con sus hijos o llevar a su perro a pasear. Este tratamiento ultrasónico puede devolver a los pacientes sus vidas y hacerles disfrutar de ellas. Estamos muy contentos de ver resultados tan significativos", resalta.

 

Factores de riesgo

Entre los factores individuales que predisponen a la fascitis plantar se encuentran características físicas que incluyen cómo se apoya el pie, si éstos son planos o cavos, si el talón se apoya hacia fuera o hacia dentro y, en definitiva, las características del pie en estático. Otros aspectos físicos pueden ser la existencia de un acortamiento de los músculos y ligamentos de la parte posterior del pie y la pierna como el tríceps y el tendón de Aquiles.

La sintomatología clínica de la fascitis plantar es el dolor en la planta del pie, localizado sobre todo en la zona del talón.

En cuanto a los factores externos que pueden participar en la lesión se encuentran la superficie sobre la que se corre -sobre todo es común cuando se trata de asfalto-, el tipo de calzado utilizado -que no sea adecuado para la actividad y el terreno donde se usa- o el tiempo de entrenamiento, que depende de las características de cada persona, pues puede existir sobrecarga de los tejidos si no están adaptados a la actividad.

En lo que se refiere a la sobrecarga que sufre el pie, que supone el principal motivo de lesión, intervienen aspectos personales como la edad, el grado de sedentarismo o las características genéticas del corredor.

La sintomatología clínica de la fascitis plantar es el dolor en la planta del pie, localizado sobre todo en la zona del talón. Es más común en aficionados que en deportistas profesionales y se suele presentar a los pocos minutos de comenzar a correr. Si no se trata al presentarse en sus inicios puede llegar a afectar a la vida normal, ya que el dolor se traslada al simple acto de caminar.