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jueves, 25 de abril de 2024 00:12h.

Tres estrategias para llevar el ritmo en un maratón

Un maratón se puede correr de tres maneras distintas: empezar a ritmo suave y terminar más rápido, comenzar a un ritmo fuerte y aflojar en los últimos kilómetros o mantener durante toda la carrera un ritmo constante. El portal digital de la firma Asics nos explica las ventajas e inconvenientes de cada una de estas estrategias.

Foto: Asics

Cuando se participa en una carrera tan larga como un maratón o un medio maratón, se debe tener un plan de carrera que nos ayude con la concentración. Algo que puede resultar de gran ayuda durante la prueba es dividir la misma en secciones y objetivos. Eso nos dará una referencia a la que aferrarnos cuando el fondo físico muestre síntomas de estar llegando al límite.

Las dos estrategias más comunes para marcar el ritmo de carrera consisten en comenzar de forma lenta y guardar fuerzas para acabar más rápido o, también, empezar a un ritmo rápido y terminar con otro más lento. Ambas tienen sus ventajas y riesgos en lo físico y en lo psicológico.

Los corredores menos experimentados suelen comenzar la carrera con un ritmo demasiado optimista y en la segunda mitad tienen que bajarlo considerablemente. Así que el riesgo de empezar demasiado rápido radica en que se podría terminar la última parte de la carrera caminando o en que ni siquiera se pueda terminar y haya que abandonar.

Por tanto, parece más seguro seguir una estrategia opuesta, esto es, comenzar a un ritmo lento y más precavido y terminar a otro más rápido. No obstante, así nos arriesgamos a acelerar demasiado tarde y no lograr el mejor resultado posible.

 

Correr a un ritmo constante

Llegados a este punto se nos abre una tercera vía, basada en correr a un ritmo controlado a lo largo de toda la carrera, lo cual tiene tres ventajas fundamentales:

1. Es una estrategia sencilla que requiere concentrarse en una sola cosa: tu ritmo.

2. Este ritmo constante puede ser entrenado gracias, entre otras herramientas, a las diferentes aplicaciones para smartphones. Sobre todo a lo largo de un entrenamiento para correr distancias largas uno aprende a evaluar su estado físico y a mantener el ritmo aunque se esté cansado. Se trata de una habilidad clave para la última parte de la carrera, en la que se vuelve más difícil mantener el ritmo.

3. Por último, si alrededor del kilómetro 30 te sientes bien de piernas, podrías considerar la idea de aumentar el ritmo ligeramente. En ese punto, también empezarás a adelantar a corredores que comenzaron demasiado rápido y eso les esté pasando factura. Dejar atrás a otros competidores te dará, además, un extra de motivación justo cuando más lo necesitas.