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jueves, 18 de abril de 2024 00:01h.

Cómo evitar o tratar la aparición de ampollas y rozaduras

Las distancias largas, estrenar zapatillas nuevas o entrenar bajo la lluvia suelen ser motivos más que suficientes para que muchos corredores vuelvan a casa con esas molestias que en ocasiones pueden convertirse en verdadera tortura en forma de ampollas y rozaduras. Mario Fraioli, en su libro Guía oficial Rock'n'Roll de entrenamiento para maratón y medio maratón, nos explica cómo evitarlas o, en su defecto, cómo podemos tratarlas.

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Foto: sportraining.es

Ampollas

Los pies de los corredores soportan mucha presión durante el transcurso de un ciclo de entrenamiento, y las ampollas son algo habitual después de carreras largas y competiciones, la primera carrera con un par de zapatillas nuevas o las carreras bajo la lluvia.

Las ampollas son abultamientos locales de la epidermis, llenos de suero, debidos a la fricción producida entre el pie y la zapatilla, y pueden ser sólo molestas o llegar a resultar insoportables.

Un pequeño autotratamiento puede servir de mucho para proporcionar alivio. Si se tiene una ampolla por fricción reciente, hay que dejarla respirar durante un cierto tiempo antes de esterilizar una aguja sosteniéndola sobre una llama directa durante 30 segundos. Una vez la aguja esté esterilizada, se usa para perforar la ampolla, drenando el líquido acumulado en su interior. Después de drenarla hay que esterilizar la zona circundante con agua oxigenada y tomar medidas para prevenir la fricción sobre la ampolla hasta que se cure, como por ejemplo cubriéndola con un apósito antiampollas.

Para evitar las ampollas antes de que se presenten pueden llevarse calcetines sintéticos que absorban la humedad, junto con unas zapatillas que se adapten adecuadamente al pie

 

Rozaduras

¿Alguna vez te has metido en la ducha después de correr bajo la lluvia y has experimentado una quemazón en cuanto el agua entra en contacto con ciertas zonas de la piel? En tal caso, es probable que hayas sufrido rozaduras, lo que quiere decir que la piel que circunda las axilas, la cara interna de los muslos, la cintura, el pecho o incluso más abajo, se ha rozado debido a la fricción con otras partes del cuerpo o por llevar ropa mal ajustada o húmeda.

Los culpables más habituales son las camisetas, la ropa interior, los pantalones cortos de atletismo, los pulsómetros, los cinturones de hidratación y, en el caso de las mujeres, los sujetadores deportivos.

Las rozaduras dejan expuestas capas más profundas de la piel que son dolorosas al tacto. Para evitarlas, hay que llevar ropa bien ajustada, que absorba la humedad y mantenga seco al corredor bajo la lluvia o al sudar. Asimismo, conviene lubricarse antes de una carrera con una barra o crema antirrozaduras para ayudar a reducir la fricción. También conviene tener cuidado con la vaselina, ya que mancha la ropa.