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jueves, 25 de abril de 2024 00:00h.

El ejercicio físico moderado mejora la movilidad e independencia en personas de entre 70 y 89 años

Realizar una actividad física moderada al día puede marcar la diferencia entre las personas mayores que son capaces de hacer actividades cotidianas o aquéllas que se quedan en casa sin moverse, según concluye un nuevo estudio de la Universidad de Florida (UF), en Gainseville (Estados Unidos), publicado en Journal of the American Medical Association.

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Foto: Europa Press

De hecho, la actividad física moderada ayuda a adultos de edad avanzada a mantener su capacidad de caminar a un ritmo un 18% superior a los que no hacen ejercicio. "El propósito del estudio es proporcionar evidencia definitiva de que la actividad física puede realmente mejorar la independencia de los adultos mayores", afirma el investigador principal, Marco Pahor, director del Instituto sobre el Envejecimiento de la UF.

Además, la actividad física moderada no sólo ayudó a los adultos mayores a mantener la movilidad, sino también a prevenir la pérdida de movilidad a largo plazo. El coinvestigador principal Jack Guralnik, profesor de Epidemiología y Salud Pública en la Universidad de Maryland (Estados Unidos), destaca que había una reducción del 28% en la movilidad de las personas que permanentemente pierden capacidad de caminar con facilidad.

 

400 metros

Los autores del trabajo mostraron que la prescripción de actividad física diaria puede prevenir la pérdida de movilidad en los adultos mayores, definida en el estudio como la capacidad de caminar 400 metros.

Aunque esa distancia puede sonar como un número arbitrario, es relevante para los adultos mayores, según los investigadores. "Cuatrocientos metros es una vuelta alrededor de la pista o el desplazamiento desde el aparcamiento a la tienda o dos o tres manzanas alrededor de su vecindario", pone como ejemplo Guralnik, que la califica de "importante" en el mantenimiento de una vida independiente.

Llamada 'Lifestyle Interventions and Independence for Elders' (LIFE), la investigación se llevó a cabo en ocho centros y reclutó a 1.635 hombres y mujeres sedentarios de entre 70 y 89 años, que podían caminar un cuarto de milla en 15 minutos pero estaban en riesgo de perder esa capacidad.