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martes, 23 de abril de 2024 13:11h.

Decálogo para adelgazar después de las vacaciones

Se engordan entre 2 y 5 kilos cada verano. ¿La culpa? De las comidas más abundantes, el abuso de las grasas, el aumento en la ingesta de alcohol y los dulces. Y la poca voluntad de evitarlo, claro. Te ofrecemos un decálogo de buenas prácticas para adelgazar.

Foto: Efe

Para adelgazar no conviene precipitarse con dietas rápidas o con métodos de ayuno o semiayuno. Puede ser la opción más seguida, pero no es la más efectiva. La clínica de adelgazamiento Adelgar, experta en tratamientos individuales, según sexo, edad y características personales, presenta diez pautas para perder peso.

Los expertos de este centro afirman que bajar de forma rápida los kilos de más que nos dejan las vacaciones provoca un efecto metabólico de reducción de masa corporal pero no de porcentaje de grasa, lo que a medio y largo plazo favorece que se suba de peso con más facilidad.

Estas son sus recomendaciones:

 

1. Aumentar la cantidad de agua ingerida para favorecer la expulsión de toxinas por los riñones (entre 1,5 y 2 litros diarios). Los refrescos light o sin azúcar también son una buena opción para seguir disfrutando de las terrazas en el final del verano sin un aporte extra de calorías.

 

2. Realizar cinco ingestas diarias: no hay que saltarse desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.

 

3. Cuidar el consumo de alcohol, grasas animales, proteínas animales, azúcares, harinas refinadas, alimentos procesados y lácteos.

 

4. El consumo de frutas y vegetales, por su alto contenido en agua y sus propiedades fotoquímicas, aumenta la producción de orina y favorece la función renal, lo que ayuda a limpiar el organismo. Fresas, pepino, melón, alcachofa, espárragos y piña son alimentos muy diuréticos que ayudan en esta misión. La lechuga, en cambio, se desaconseja para personas propensas a tener gases o hinchazón de abdomen, aunque también proporciona un efecto diurético.

 

5. Limitar el consumo de sal, así como los alimentos ricos en ella, como embutidos, conservas, ahumados o sopas preparadas.

 

6. Apostar por proteínas vegetales como legumbres, tofu, seitán o quinoa, por ejemplo.

 

7. Calmar el hambre entre horas con infusiones diuréticas como té verde o cola de caballo. El cardo mariano y el boldo son buenas opciones para eliminar toxinas porque favorecen la función del hígado y la vesícula biliar, los órganos que debemos depurar para perder peso.

 

8. Mantener actividad física diaria, aunque sea ligera, como caminar.

 

9. Estabilizar los resultados conseguidos con tratamientos reafirmantes, que enriquecen los tejidos flácidos dándoles más firmeza y elasticidad.

 

10. Ayudarse de tratamientos como la crioterapia y la lipoterapia para deshacerse de la grasa acumulada que no logramos perder con la dieta ni con el ejercicio. Con estos métodos se trabaja el sistema termorregulador y se eliminan las células que almacenan energía en forma de grasa.