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viernes, 19 de abril de 2024 10:43h.

Consejos para prevenir el pie de atleta

El pie de atleta es una infección causada por diversos tipos de hongos que afecta a la zona situada entre los dedos de los pies -sobre todo entre el cuarto y el quinto dedo- y a la misma planta. Según el tipo de hongo la infección puede ser más o menos agresiva; así, en algunos casos se produce la denominada 'tiña en mocasín', con la afectación de todo el pie y una sequedad intensa de éste.

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Foto: Medicina Positiva

Su denominación se deriva de que es una infección que se da en los lugares en los que ha pisado otra persona, y en las sociedades occidentales se contagia en piscinas, vestuarios, cambiadores, duchas públicas, etc., es decir, en instalaciones vinculadas en gran medida a la práctica deportiva. En culturas como la musulmana también es muy común por la costumbre ritual de descalzarse en las mezquitas.

El tratamiento es fácil y en tres o cuatro semanas la infección ha desaparecido, aunque con la mejoría muchos pacientes abandonan la terapia, lo que favorece su reaparición. En los casos de infección localizada se aplican cremas antifúngicas, mientras que en aquéllos con resistencia al tratamiento se emplean antifúngicos por vía oral.

 

Consejos de prevención

El doctor Josep González, Jefe de Servicio del Instituto de Dermatología Avanzada (IDERMA) del Hospital Universitario Quirón Dexeus de Barcelona, señala seis consejos básicos para evitar la infección por primera vez o recaer en ella:

 

1. Después de la ducha hay que secar muy bien los pies, sobre todo entre los dedos. Mantener los pies secos es una de las condiciones que más dificultan la proliferación de estos hongos.

 

2. Hay que utilizar chanclas o calzado adecuado en piscinas, duchas y vestuarios comunitarios. No conviene olvidar que estas instalaciones también se encuentran en playas y campamentos, donde las tablas de madera con surtidores de agua para limpiar los pies ayudan a propagar estos hongos. Esta precaución puede trasladarse a otras instalaciones públicas como hoteles o balnearios.

 

3. Hay que cambiar de calcetines con la frecuencia que sea necesaria para que se mantengan limpios, sobre todo en los casos en los que exista sudoración.

 

4. El calzado debe permitir una correcta transpiración del pie que evite la humedad del sudor y, con ello, la existencia de un ambiente propicio para la infección. Puede ser de fibras naturales o que posea condiciones para mantenerse seco con más facilidad.

 

5. Si se convive con alguien que padezca pie de atleta hay que minimizar el riesgo de contagio y no compartir toallas, calzados o cualquier textil que tenga contacto con su pie desnudo.

 

6. Existen antifúngicos genéricos preventivos que pueden emplear quienes hayan sufrido más de una infección y evitar así en la medida de lo posible su reaparición.