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viernes, 19 de abril de 2024 00:00h.

Caminar: Los diez beneficios más importantes que aporta a nuestra salud

Caminar aumenta el latido cardíaco y mejora la contracción del corazón, ayuda a mantener una respiración constante más saludable para oxigenar el organismo y mejora la circulación sanguínea de retorno, lo que favorece que estemos activos y nos mantengamos en forma.

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Foto: vacacionesengredos.com

Pero más allá de los beneficios que aporta para nuestra forma física la práctica de caminar, expertos del Instituto DKV de la Vida Saludable, con la colaboración de la Fundación Thao, han creado un decálogo donde nos muestran que echarse a andar favorece también a nuestros sentidos. Con el objetivo de fomentar la actividad física en un ambiente familiar, saludable y gratuito, han puesto en marcha la iniciativa 'Caminos de Salud', un nuevo concepto de rutas saludables que facilitan entornos adecuados y agradables para la realización de actividad física en un ambiente familiar, saludable y gratuito.

Se trata de rutas localizadas tanto en el medio natural como en el urbano, que han sido acondicionadas y señalizadas de manera permanente y están destinadas a la realización de actividad física moderada. Sus itinerarios tienen una longitud aproximada de entre 4 y 6 km, ajustándose así a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que pueda divertirse toda la familia.

 

Decálogo

 

1. Es algo muy fácil de practicar. Este primer punto recuerda que la posibilidad de caminar con ambas piernas es una de las actividades físicas más básicas del ser humano, siendo también la que ha permitido liberar los brazos al andar y así poder sujetar objetos y convertirlos en herramientas. Caminar es un comportamiento innato que los recién nacidos adquieren progresivamente de forma natural. En los adultos sanos es una forma excelente de practicar actividad física, apta para todas las edades.

 

2. Nos ayuda a respirar mejor para oxigenar el cuerpo. Cuando se camina en un entorno agradable aprendemos a estar atentos a la respiración, a hacerlo profundamente y a notar cómo oxigenamos todo nuestro cuerpo. Mientras todo el cuerpo se mueve al caminar, el oxígeno llega a través de nuestra sangre y le da energía a nuestros músculos y se mejora la capacidad pulmonar y cardiovascular. Caminar también permite disfrutar del placer de estar al aire libre, además de que los niños aprenden a conocer mejor su cuerpo.

 

3. Mejora nuestra condición física. Muchas veces nos olvidamos de lo bueno que es para el organismo. Desde el Instituto DKV de la Vida Saludable recuerdan que caminar ayuda a combatir enfermedades, mejora el sistema inmunológico, la densidad y calidad de los huesos, aumenta el flujo sanguíneo y nuestro nivel de energía, mejora la agilidad y estimula el crecimiento en los niños. Además, previene el desarrollo de enfermedades metabólicas y cardiovasculares, como la diabetes o la hipertensión, y mantiene la función de las articulaciones. También es una de las formas de prevención del sobrepeso y la obesidad.

 

4. Estimula los sentidos mientras disfrutamos del entorno. Cuando se camina se aprende a utilizar los cinco sentidos. Por ejemplo, oler las flores, sentir la brisa en la piel y escuchar el viento entre las ramas completan nuestra experiencia sensorial al realizar una ruta.

 

5. Estimula el cerebro al descubrir los diferentes elementos de nuestro entorno. Mientras caminamos se aprende a conocer de otra manera los diferentes elementos de nuestro entorno, ya sea urbano, semiurbano o rural. Estimula la mirada curiosa de nuestra creatividad e imaginación, descubriendo aquello que normalmente no apreciamos. Incluso si se realiza en diferentes ocasiones el mismo recorrido, siempre se pueden descubrir nuevos aspectos, como la luz y la flora cambiante o el movimiento de las nubes.

 

6. Favorece la cooperación y mejora la comunicación e interacción entre los tuyos. Realizar actividad física en familia favorece aspectos como la cohesión familiar, la comunicación e interacción, así como la transmisión de valores como la perseverancia, la cooperación y el trabajo en equipo, aparte de mejorar la sociabilidad. "Un ambiente relajado beneficia el hecho de comentar no solo aquello que nos rodea, sino también los asuntos cotidianos de nuestro día a día", afirman.

 

7. Hace sentirnos mejor física y anímicamente. La actividad motora es necesaria para que uno se sienta bien. Después de realizar actividad física se tienen más ganas, fuerza y ánimos para continuar con nuestras actividades cotidianas. Caminar mejora la sensación de energía, la autoestima, la capacidad de relacionarnos con otras personas y de trabajar en equipo. En conclusión, afirman, "nos ayuda a tener una visión más positiva de las cosas".

 

8. Nos relaja y nos permite descansar mejor. Caminar ayuda a reducir los síntomas físicos del estrés y favorece la relajación de la musculatura y de la mente, de manera que después el cuerpo descansa mejor y nuestro sueño es más reparador. "Con un buen descanso, al día siguiente tendremos más ganas de estudiar o trabajar, nos relacionaremos mejor, prestaremos mayor atención y tendremos mayor capacidad de concentración. También estaremos físicamente más activos y con un mejor estado emocional", señalan.

 

9. Nos enseña a planificar. Caminar se puede planificar para realizar actividad física habitualmente, convirtiéndolo en una costumbre. Lo debemos tomar no como una obligación sino como un placer. Hay que preparar la salida teniendo en cuenta los elementos básicos de comodidad y seguridad, como por ejemplo utilizar calzado adecuado y cómodo y ropa más bien holgada. Así, hay que tener en cuenta que las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde son los horarios más adecuados para evitar insolaciones, deshidratación y otros daños en la piel. También es importante el entrenamiento previo. Todo ello representa un conjunto de elementos educativos que pueden ser transmitidos a nuestros hijos.

 

10. Incorpora nuevos hábitos para compartir en familia. Finalmente, caminar es una de las actividades saludables que se pueden realizar de forma grupal para difundir un estilo de vida saludable. Como ejemplo, afirman que "si los padres transmiten a sus hijos la ilusión por realizar una determinada actividad física como caminar, éstos incorporan esos buenos hábitos por identificación y mimetismo con sus padres".