Sarah Tatterson se encontraba doblando ropa en su casa cuando, de pronto, miró por la ventana y vio que un hombre de una edad comprendida entre los 40 y los 50 años salía de su garaje empujando la bicicleta de su marido, se subía en ella y comenzaba a pedalear hacia un callejón cercano.

Sin pensárselo dos veces, Sarah salió corriendo detrás del ladrón al tiempo que alertaba mediante gritos a sus vecinos para que avisaran a la policía. Al principio, el hombre confió en que la velocidad que iba alcanzando con la bicicleta sería más que suficiente para dejar atrás a la mujer, pero no contaba con que Sarah Tatterson suele participar de manera habitual en medias maratones y que, por tanto, posee una forma física excelente.

Al cabo de 10 manzanas, el hombre se rindió, bastante confuso por la resistencia de su perseguidora. “Él podía haber corrido cuanto quisiera. Tenía planeado correr casi 10 kilómetros hoy, pero probablemente podría haber hecho 12 si lo hubiese necesitado”, declaró Tatterson al NYDailyNews.

También confesó que se sentía afortunada por el hecho de que el ladrón no llevara armas, y afirmó que lo había perseguido por “un instinto primario de justicia”.