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miércoles, 24 de abril de 2024 15:18h.

Sarah Reinertsen, la primera atleta con discapacidad que logró completar un Ironman

Sarah Reinertsen tiene actualmente 38 años y reside en California (Estados Unidos). Una deficiencia congénita no hereditaria provocó que su pierna izquierda jamás alcanzara el mismo desarrollo que el resto del cuerpo y le fuera amputada a la edad de 7 años, lo que no le ha impedido subir por la Gran Muralla China, escalar un acantilado gigante en Vietnam o practicar triatlón con regularidad. Una de sus mayores hazañas fue completar en 2005 el Ironman de Hawai, siendo la primera vez que una atleta amputada lograba terminar una prueba de esta exigencia.

Foto: Sarah Reinertsen (Facebook)

Su vitalidad es asombrosa. Empezó a correr con 11 años y, desde entonces, participa en maratones, monta en bicicleta, nada, anima a soldados que han perdido una extremidad en un acto de servicio o da conferencias a escolares. También le gusta probar los últimos avances en prótesis con el objetivo de optimizar su rendimiento.

Ha publicado un libro titulado In A Single Bound, donde explica sus vivencias desde que con tan sólo siete años tuvieron que amputarle la pierna debido a una deficiencia focal proximal femoral. Pero ella era quería practicar deporte, a partir de la premisa de que “los jóvenes deben alcanzar sus metas sin importar lo que les digan los demás”.

 

Maratón de Nueva York

Su vida dio un vuelco a los 11 años, cuando acompañó a su padre a una carrera de 10.000 metros y vio pasar a un atleta con una pierna artificial. “Me di cuenta de que era posible”, afirma. Así que se fue a casa, se calzó unas zapatillas y aprendió ella sola a correr.

Tras un paso frustrante por los Juegos Paralímpicos de Barcelona a causa de una caída, estuvo dos años sin correr, pero ya en la universidad volvió a entrenar y centró su atención en los maratones. “Correr me enseñó a ver mi cuerpo como un todo”, declara. En 1997 participó en el Maratón de Nueva York, completándolo en seis horas y media. Por si acaso, su entrenador corrió junto a ella durante toda la prueba con una pierna ortopédica de repuesto en brazos.

Ese mismo año conoció a un deportista al que también le faltaba una pierna y que se iba a Hawai a competir en un Ironman. Esto despertó en ella un interés que acabó convirtiéndose casi en una obsesión, aunque no tenía ni idea de cómo montar en bicicleta y apenas sabía nadar.

 

Una sensación fabulosa

Y como no podía ser de otra forma, Sarah Reinertsen asumió el reto. Tras un entrenamiento progresivo en carrera, ciclismo y natación, en 2004 voló a Hawai para participar en su primer Ironman. En esta ocasión, fue descalificada en el tramo de transición de la bicicleta a la carrera a pie por sobrepasar en 15 minutos el tiempo máximo estipulado. Un año después ya pudo terminar la competición en 15 horas y 5 minutos, convirtiéndose en la primera mujer con una prótesis que lo lograba. “Cuatrocientas personas que andaban sobe dos piernas llegaron después que yo”, manifiesta orgullosa Reinertsen, para añadir que fue “una sensación fabulosa”.

Mi voz como defensora de las personas que tienen discapacidades está rompiendo barreras, mostrándole a la gente que todos enfrentamos retos que se pueden superar con pasión y trabajo duro”, concluye.