La asturiana, que sufre un cáncer de mama, ha asegurado sentirse muy bien físicamente y ha sido autorizada por los médicos para emprender su nueva aventura, en la cual tendrá que luchar contra la crisis de sus patrocinadores y subir sin sherpa.

La alpinista venía de lidiar con los grandes peligros del Annapurna, donde no pudo lograr su objetivo por culpa de las avalanchas. En esta ocasión tendrá que ascender hasta la segunda cumbre del Shisha para firmar su séptimo ocho mil. Un total de 8.027 metros le separan del Gosaithan, lo que en hindi significa “el trono de los dioses”.

Debido a la falta de patrocinio, la española acudirá sola, guiada únicamente por la expedición del conocido sherpa Dawa. Además, será la primera vez que suba sin sherpa, aunque Rosa Fernández ya conoce la primera cumbre del Shisha, donde ascendió por primera vez en 1999. Si todo va según lo previsto, la asturiana pretende conquistar la cima en los primeros días de mayo y, tras eso, luchar para alcanzar la meta de los catorce ocho miles.