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viernes, 19 de abril de 2024 17:48h.

La nueva normativa obligará a recoger ocho kilos de basura a cada escalador que quiera subir al Everest

Los montañeros que escalen el Everest deberán recoger y bajar ocho kilos de residuos de la montaña, de acuerdo con una nueva regulación que busca limpiar el "vertedero de basura más alto del mundo", informó a Efe una fuente oficial.

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Foto: factornoticia.com

"Tratamos de mandar al mundo el mensaje de que el Gobierno está haciendo esfuerzos para limpiar el Everest", dijo a Efe Dipendra Poudel, miembro del departamento gubernamental de montañismo. "Cada escalador tiene la responsabilidad de limpiar el Everest", añadió Poudel, quien explicó que la medida entrará en vigor en la próxima temporada de escalada, que comienza el presente mes de marzo y finaliza en mayo.

El Everest ha sido bautizado como el vertedero más alto del mundo por activistas medioambientales en los últimos años por la gran cantidad de residuos que se abandonaban en la montaña. Las autoridades nepalíes estiman que cada alpinista genera unos seis kilos de basura, sin contar con las botellas de oxígeno y los residuos humanos.

"Algunos pueden crear menos basura, pero deberán cumplir con su cuota incluso si ello supone que tienen que recoger residuos que ya estaban allí", afirmó Poudel.

 

Se recogerán 6.400 kilos de residuos

Con las cerca de 800 personas que escalan el Everest cada año, incluyendo a los sherpas nepalíes, en la temporada entre marzo y mayo, las autoridades estiman que unos 6.400 kilos de residuos serán recogidos de esta montaña de 8.848 metros.

Los restos que se acumulan incluyen botellas de oxígeno y gas, latas de comida, botellas y tiendas. Los escaladores deberán entregar la basura que bajen a funcionarios del Gobierno estacionados en el campo base, a 4.800 metros de altura.

La nueva medida supone un paso más a la anterior regulación que establecía que los alpinistas debían bajar sólo su basura y que sancionaba con 400 dólares el incumplimiento de la norma. Hasta ahora los residuos biodegradables se quemaban en las cercanías del Everest y los no biodegradables debían ser transportadas a Katmandú por los escaladores.