Farah, de 31 años, se ha entrenado durante meses para adaptarse a los 42.195 metros de una prueba a la que accede por primera vez. Aun así, el británico afirmó que su objetivo es "sin duda" romper la marca de dos horas, siete minutos y 13 minutos que su compatriota Steve Jones estableció en 1985.

Farah se enfrentará en la carrera, entre otros rivales, al keniano Wilson Kipsang, plusmarquista mundial de la distancia desde el pasado septiembre, cuando estableció un tiempo en Berlín de dos horas, tres minutos y 23 segundos.

"Va a ser una carrera increíble pase lo que pase", señaló el fondista británico a la agencia local PA. "Sé que con la confianza que tengo en ese circuito debería estar ahí, aunque al mismo tiempo es un reto para mí recorrer esa distancia", dijo el doble medallista olímpico.

Ser paciente

Farah subrayó que quiere "probarse" a sí mismo en la carrera: "Voy a ver si puedo hacerlo o no. Saldré allí, iré con el grupo y seré paciente. Eso es lo que espero hacer, no malgastar demasiada energía", afirmó el corredor.

El mes pasado, el británico fue segundo en la media maratón de Nueva York, a pesar de que cayó al suelo poco después de comenzar la prueba y tuvo que remontar posiciones a lo largo del recorrido. Al acabar la carrera, Mo Farah desfalleció y tuvo que ser trasladado en silla de ruedas.

"Desfallecí porque entregué el 110 por ciento, todo lo que tenía. En las últimas cuatro millas veía estrellas y estaba completamente perdido", comentó el atleta.