El proyecto Summits of my Life nacía con la finalidad de batir los récords de subida y bajada a las montañas más importantes del mundo, las cimas que habían marcado de alguna manera la vida de Kilian Jornet. Apenas un par de años después, el esquiador y corredor de montaña catalán ya ha logrado romper los registros de velocidad en el Mont Blanc (4.810 metros en 4h 57m), Cervino (4.478 metros en 2h 52m) y McKinley (6.194 metros en 11h 48m). Ahora ha hecho lo propio en el Aconcagua (12h 49m) y su objetivo de cara al próximo año 2015 se centra en la cumbre más elevada del planeta, nada menos que el Everest, con una altitud de 8.848 metros.

Y todos estos retos los está cumpliendo, además, con la misma filosofía minimalista, con el material imprescindible y provocando el menor impacto posible en el medio natural.

Segundo intento

La primera tentativa de batir el récord del Aconcagua se producía el pasado viernes 19 de diciembre, pero las rachas de viento de más de 90 km/h hicieron que abandonara cuando ya se encontraba a una altitud de unos 6.500 metros.

La segunda oportunidad, por tanto, debía contar con unas condiciones climatológicas más favorables. Así, a las 6 de la mañana de este martes, hora argentina, Kilian Jornet partía de Horcones para iniciar el ascenso, que completaría en unas nueve horas. Una de las referencias que manejaba su equipo era la del asturiano Jorge Egocheaga, quien en 2007 empleó una marca no oficial que oscila según las fuentes consultadas entre 13h 46m y 14h 54m.

El caso es que Egocheaga tardó menos de ocho horas en alcanzar la cima del Aconcagua, pero la gran calidad técnica de Kilian Jornet hizo que en el descenso reventara tanto el récord oficial como el oficioso para establecer un tiempo global de 12h 49m.

“Estoy realmente muy feliz por haber conseguido este reto. Ha sido muy duro, sobre todo a partir de 6.500m, donde he notado el efecto de la altura. Sin embargo, estos momentos de sufrimiento son los que siempre recordamos”, declaraba el catalán tras conseguir esta nueva gesta.