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jueves, 25 de abril de 2024 00:00h.

El balance final de 2012 confirma que fue uno de los peores años en daños forestales e inundaciones

El 2012 se despidió como el peor ejercicio de la década en daños forestales y uno de los más trágicos en pérdidas humanas por inundaciones en España. El fuego arrasó casi 200.000 hectáreas hasta noviembre, lo que supone 100.000 hectáreas más de la superficie devastada en el mismo periodo de 2011 y el peor registro de la última década.

Foto: Incendio de La Gomera – 20minutos.es

Los más impactantes se desataron en la Comunidad Valenciana -50.000 hectáreas quemadas en junio-; La Jonquera y Portbou (Girona) -14.000 hectáreas en julio-; Castrocontrigo (León), que dejó entre agosto y septiembre 11.700 hectáreas quemadas, el más grave en Castilla-León en diez años; y en la isla de la Gomera.

Este último acabó con más de 4.000 hectáreas, incluidas 750 del Parque Nacional de Garajonay, lo que representa el 11% de la superficie de la isla (Reserva de la Biosfera de la Unesco), obligando al desalojo de un 25% de su población, más de 5.000 personas.

Además del fuego real, algunos gobiernos regionales como el de Canarias se enzarzaron en un fuego cruzado con el Gobierno central, al que acusaron de falta de coordinación y lentitud en las tareas de extinción.

Las afirmaciones fueron tildadas de infundadas por el ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, que a su vez acusó a las Comunidades Autónomas de haber recortado sus presupuestos en esta materia.

Sequía e inundaciones

Y pese a lo paradójico, ya que España entró en una sequía meteorológica, 2012 ha sido uno de los más trágicos en cuanto a la pérdida de vidas humanas como consecuencia de sucesivas inundaciones.

A finales de septiembre murieron trece personas (seis en Murcia y siete en Andalucía) tras la gota fría que atravesó Murcia, Andalucía y Valencia, teniéndose que evacuar a cientos de personas. Durante el mayor episodio de lluvias conocido en la historia de la Región de Murcia, llegaron a caer más 200 litros por metro cuadrado.

Al mes siguiente, otro temporal de lluvia, viento y fuerte oleaje afectó al noroeste y este de España, especialmente a Cataluña, Navarra y Aragón, ocasionando la muerte de una mujer de nacionalidad polaca y la desaparición de un francés.